El sector de la construcción en Galicia vive en una contradicción. Aunque no lo hace al ritmo de antes de la crisis, aumenta la construcción y la venta de viviendas; la constitución de hipotecas; el precio de las casas; el peso del sector en el PIB de la economía gallega... Sin embargo, es incapaz de generar puestos de trabajo. Y no solo no los genera, sino que los destruye. El 5,7% del total en el último año. Como consecuencia, la cifra de personas que trabajan en la construcción en la comunidad es la más baja de los últimos 40 años. El punto álgido fue en 2007, cuando el sector daba trabajo a 152.000 personas en Galicia. Eran los instantes previos a que explotase la burbuja inmobiliaria

El número de personas que trabajaban en la construcción en Galicia a finales del primer trimestre ascendió a 65.100. ¿Son muchas o pocas? Es la cifra más baja desde hace más de 40 años. Aunque no al ritmo de antes de la crisis, cada vez se construyen más casas, cada vez se venden más viviendas y cada vez se firman más hipotecas. El peso de la construcción en el PIB de la comunidad aumenta y también lo hace el precio de las viviendas.

Sin embargo, esta mejoría no se traduce en un incremento del número de empleos, ya que se han destruido 3.700 en menos de un año: desde los 68.800 de junio del año pasado hasta los 65.100 de finales de marzo, según los datos del informe Seguimiento e análisis da construcción, que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE).

En la última década, solo en dos ejercicios la construcción en Galicia aumentó el número de trabajadores: el primero fue en 2015 y el segundo en 2018. Pero pese a este incremento, en el primer trimestre de 2019 se han destruido 1.900 empleos por lo que la cifra total es la menor desde el inicio de la democracia.

La construcción ha perdido en los últimos diez años más de la mitad de los puestos de trabajo que tenía. El ladrillo llegó a dar trabajo a 152.000 personas en Galicia en la época de bonanza económica. Era finales de 2007 cuando la burbuja inmobiliaria estaba a punto de estallar. A partir de ese momento, llegó la crisis y se llevó por delante el 56% de los empleos. Hasta ahora, la cifra más baja de empleados en la construcción de las últimas cuatro décadas era de finales de 2014 cuando había 65.300.

Crecimiento

En los últimos ejercicios, la construcción no ha parado de crecer en la comunidad gallega, aunque a unos niveles muy inferiores a los de antes de la crisis. Pese a ello, es incapaz de incrementar su volumen de empleados. En 2015 trabajaban en el sector 73.600 personas; en 2016 bajaron a 71.900 y en 2017 cayeron hasta las 66.600. En 2018 crecieron de forma muy leve hasta las 67.300.

Una vez superada la crisis económica, el ladrillo volvió a números positivos a partir de 2014 en Galicia. En 2015 creció un 3,5%; en 2016, un 4,2%; en 2017, un 6,7%, y en 2018, un 6,1%. La construcción se recupera, pero no así el número de personas que trabajan en ella.

Entre 2000 y 2007, el empleo en la construcción en la comunidad creció a una tasa media del 4%. A partir de 2008 se produjeron abruptos descensos hasta 2014 que llegaron a ser de dos dígitos: -12,9% en 2010; -11,8% en 2011 o -11,5% en 2012. El desplome medio anual entre 2009 y 2013 fue del 10%.

Durante 2014 y 2015, la construcción volvió a necesitar mano de obra en Galicia y los contratados aumentaron hasta los 75.300. Pero fue un espejismo. A partir de ese momento, el número de ocupados no ha parado de caer. Tocó suelo a finales de 2017 con 65.700 efectivos. Y volvió a hacerlo otra vez en el primer trimestre de 2019 con 65.100.

Pese a la mejora de la economía y a que aumenta el peso del sector en el PIB gallego, la construcción destruyó empleo en la comunidad en 2016 y 2017. En este periodo desaparecieron casi 10.000 puestos de trabajo al caer el número de ocupados hasta los 65.700 con los que se cerró el ejercicio de 2017. Es la tercera cifra más baja de la última década, solo superada por los 65.300 que había a finales de 2014 y los 65.100 del pasado marzo.

El resto de variables que sirven para medir la salud del sector, y que provocan que el peso en el PIB gallego aumente, también son positivas: transacciones inmobiliarias, visados, hipotecas, accesibilidad a la vivienda...

Durante el pasado año se realizaron 16.553 compraventas de viviendas en Galicia. Fueron un 13,8% más que en el mismo periodo del año pasado y dos puntos y medio más que la media nacional. Las transacciones inmobiliarias llevan cuatro años de aumento tras cuatro de caída entre 2011 y 2014 y seis trimestres creciendo a doble dígito.

Las hipotecas también aumentaron por cuarto año consecutivo, apoyadas por los bajos tipos de interés y la mejora de la economía. En 2018 se firmaron 11.401, un 2,7% más que el año anterior.

Y la construcción de viviendas continúa con la recuperación. Durante el pasado ejercicio se dieron 4.867 visados de dirección de obra. Fue un tercio más que un año antes y la cifra más alta desde los 5.196 de 2011.