Los elevados peajes de la AP-9 están detrás de que la autopista que vertebra Galicia de norte a sur solo haya conseguido en el primer semestre del año el quinto menor incremento de tráfico de las 28 autopistas de titularidad estatal que hay en España.

Los 13,5 euros que vale el viaje de ida y vuelta entre A Coruña y Santiago o los 32,8 del trazado A Coruña-Vigo-A Coruña o los 43 que cuesta transitar toda la autopista entre Ferrol y Tui empiezan a ser un impedimento para los miles de personas que cada día se desplazan por la comunidad. El primer aviso se produjo en 2018, cuando pese a subir el tráfico por quinto ejercicio seguido, lo hizo con la cifra más baja de los últimos cinco años.

En el primer semestre de 2019, el tráfico de la AP-9 tuvo una Intensidad Media Diaria (IMD) de 23.117 vehículos. Fue un 2,1% más que en el mismo periodo del año pasado y la mejor cifra desde 2011 cuando se contabilizaron 24.121 automóviles, según las estadísticas que acaba de publicar el Ministerio de Fomento.

En junio encadenó siete meses de incremento tras la caída de noviembre. En diciembre creció un 3,6%. En enero, la subida fue del 2%; en febrero, del 2,8%; en marzo, del 1,8%; en abril, del 3,2%; en mayo, del 2,7% y en junio, solo del 0,2%.

El aumento de los peajes es la causa de que el tráfico de la AP-9 se haya resentido en el último año y medio. En este periodo se han incrementado un 7,3%. En enero de 2018, subieron un 1,9% al aplicar la actualización del IPC. Nueve meses después se incrementaron casi un 2%: un 1% para compensar a Audasa, concesionaria de la autopista, por las obras de la circunvalación de Santiago; el enlace de Sigüeiro; la ampliación en los accesos de Vigo y O Morrazo y el viaducto de Rande; y del 0,9% por las bonificaciones en los trayectos entre Vigo y Pontevedra. Y a principios 2019 se produjo el último aumento: un 3,5%. Solo tres autopistas españolas sufrieron en enero una subida de tarifas superior a la media nacional del 1,67%, y la AP-9 fue la que más se encareció.

En 2014, el tráfico de la autopista gallega rompió seis ejercicios seguidos de pérdida de usuarios al aumentar un 0,4%. La recuperación se mantuvo en los tres años siguientes con subidas del 5,5%, 3,6% y 3,9%. Y en 2018, debido a la subida de las tarifas, el alza solo fue del 2,1%.

Pese a los peajes, el incremento del tránsito en la autopista gallega constata el cambio de ciclo económico, aunque el número de vehículos aún no ha recuperado los niveles precrisis de 2007 y 2008. El récord de tráfico en el primer semestre de un ejercicio se registró en 2008, con una IMD de 25.236 vehículos, un 8,3% superior a la contabilizada en los seis primeros meses de 2019.

Durante 2018, la vía gallega sufrió dos caídas de tráfico con respecto al mismo mes del año anterior: marzo (-0,6%) y noviembre (-0,4%). Si se excluyen estos dos descensos y el que tuvo en abril de 2017 (-0,1%), el tráfico de la autopista encadenaría 58 meses de crecimiento: más de cuatro años y medio.

El tráfico de la otra autopista que hay en Galicia de titularidad estatal, la AP-53 entre Santiago y el Alto de Santo Domingo, tampoco para de crecer. Y lo hace a un mayor ritmo que la AP-9. Desde hace seis años cada cierre de ejercicio marca un nuevo récord de usuarios y en 2019 va camino de situarse en un volumen de desplazamientos histórico.

Con los datos del primer semestre cerrados, la AP-53 marcó su mejor mitad de año, con un promedio de 6.726 desplazamientos diarios. Fue un 4,7% más que en el mismo periodo del año pasado.