Todavía hoy hay conductores y pasajeros que viajan sin cinturón de seguridad. Y lo más alarmante, niños que tanto en asientos delanteros como traseros van sin sistemas de retención infantil. Pese a las continuas campañas de vigilancia de la DGT, el elemento clave en la seguridad en carretera no se abrocha en todos los trayectos, ni en el caso de los adultos ni tampoco de los menores. En solo una semana, las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico abrieron 412 expedientes sancionadores por incumplimientos en el uso del cinturón de seguridad en las carreteras gallegas, lo que supone una media de 60 cada día. A esta cifra hay que sumar un total de 25 denuncias por mal uso o ausencia del sillas para sujeción de menores, según datos facilitados ayer por la Delegación del Gobierno en Galicia.

Durante el dispositivo especial de control en la red viaria gallega, del lunes 30 de septiembre al domingo 6 de octubre, los agentes controlaron a más de 41.500 vehículos. El incumplimiento del uso del cinturón de seguridad en adultos dejó una tasa de infracciones del 0,99%, pero en el caso de los menores alcanza el 1,6%.

Niños en el regazo de la madre o de los abuelos, padres con el menor al volante o saliendo por el techo solar del vehículo, cinturones de seguridad abrochados a la espalda para evitar el molesto pitido antes de arrancar, infractores interceptados sin el dispositivo salvavidas que ya han agotado hasta en cuatro ocasiones el saldo de puntos... Aunque parezcan situaciones más propias de hace diez o veinte años, cuando incluso entonces los niños viajaban en el maletero o en las bandejas trasera del vehículo para ir a la playa o a la aldea, en la actualidad hay conductores, pasajeros y menores que se desplazan por carretera sin un elemento que reduce los accidentes mortales en un 50% y las lesiones en torno al 75%. Y es que sin cinturón a 80 kilómetros por hora, los pasajeros de las plazas traseras no tienen forma alguna de sujetarse y son proyectados contra los delanteros con una fuerza equivalente al golpe de una bola de 1.200 kilos a 10 kilómetros.

Es en los turismos donde las patrullas de la Guardia Civil detectaron un mayor número de infracciones por no usar el cinturón de seguridad durante esta campaña de control (339 denuncias tras la inspección de 36.631 vehículos). Sin embargo son los transportistas los que presentan una mayor tasa de infracciones por viajar sin el elemento de seguridad: 2%, con 64 expedientes sancionadores de las 3.185 inspecciones realizadas. En el caso de los autobuses, en los 577 controles realizados ningún usuario incumplía la normativa. Mientras que el dispositivo de vigilancia en taxis finalizó con 9 denuncias de los 1.145 controles practicados.

Tanto en los incumplimientos de conductores y pasajeros de turismos y vehículos de transporte e mercancías Pontevedra es la provincia gallega con la tasa de infracciones más elevada: 1,44% y 3,22%, respectivamente. Le sigue Lugo, 1,19% en el caso de los turismos y 2,1% en el sector del transporte. En A Coruña el índice de infractores en el primer caso es del 0,55%, mientras que en los transportistas alcanza el 1,94%. En Ourense el índice de infractores en turismos roza el 0,9% mientras que en transportistas llega al 1,12%.

En el caso de las 25 denuncias por mal uso o ausencia de los sistemas de retención infantiles, seis fueron a pasajeros en asientos delanteros con una altura superior a 1,35 y las 19 restantes a menores que viajaban en el asiento trasero.

El delegado del Gobierno, Javier Losada, aludió ayer a la evolución de la siniestralidad en las carreteras gallegas, donde advirtió una mejora de la concienciación de los usuarios de las vías y el trabajo de las administraciones. Aunque al principio del ejercicio llegó a haber 15 víctimas mortales más la comunidad gallega, tras la reducción de la velocidad en la red convencional de 100 kilómetros por hora a 90 y con el trabajo de la DGT y la Guardia Civil en diversas campañas, a día de hoy los fallecidos en las carreteras de la comunidad disminuyeron un 14,4%.