Un conocido científico lo predijo en A Coruña hace unos años: el deshielo hace peligrar buena parte de la costa de Galicia por más que probables inundaciones (publicado en LA OPINIÓN). Ahora se da como un hecho evidente: desde comienzos del siglo pasado se percibe un incremento del 30% en la desaparición de la capa superficial de hielo en Groenlandia, con consecuencias directas sobre el aumento del nivel del mar. A mayor abundamiento: el Ártico helado es actualmente de una extensión de 4,5 millones de kilómetros cuadrados, un 35% más pequeño que hace 40 años, según se publicaba en España en verano de 2018. Esta modificación ha permitido que la mayor empresa marítima mundial realizara una travesía experimental por la ruta del Ártico y que en pleno mes de enero se hubiese realizado la primera singladura comercial de invierno y que, en agosto de 2018 se hubiese producido la primera ruptura de la zona de hielo más antiguo y denso, al norte de Groenlandia (considerado hasta ese momento como perpetuo).

Por más que lo niegue el presidente estadounidense Donald Trump, el calentamiento global existe y, de momento, se deja sentir más en la zona ártica, donde se produce "un círculo vicioso que amplifica el calentamiento de origen humano".

Tal situación ha permitido que el rompehielos alemán de investigación científica Polastern realizara una singladura que le permitía comunicar el 22 de agosto de 2018 que entraba en aguas árticas hasta entonces no cartografiadas debido al hielo denso y perpetuo que las cubría.

Hasta el 80% la radiación solar rebota en la superficie blanca del hielo. Pero esta radiación es absorbida por el agua marina por la inexistencia de hielo, lo que a su vez provoca un mayor calentamiento.

En agosto del año pasado se produjo uno de los más serios avisos sobre las consecuencias de la alteración climatológica del planeta Tierra al haberse detectado la rotura de la zona de hielo más antiguo y espeso del Ártico, un área al norte de Groenlandia que se consideraba de hielo perenne. Fue la primera rotura observada en la historia „destaca la publicación citada anteriormente„ y provocó que el agua líquida entrara en esa extensión de agua helada hasta ahora considerada hielo permanente incluso en verano.

Según la Agencia Oceanográfica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) la rotura de esta parte del océano con hielo antiguo y más resistente es una alerta añadida: el hielo joven, con menos de un año, es el que domina el Ártico actualmente y resulta fácil de derretir. De hecho, no ha sobrevivido ni una campaña de fundición. En 1986 el hielo que tenía al menos cuatro años ocupaba el 16% de la superficie congelada de ese océano. En 2016 la superficie era el 1,2%, según la NASA.

Los observatorios científicos consideran que el cambio climático es la causa más probable del fenómeno. Aunque Trump diga lo contrario