Ya no solo viviendas o naves industriales ilegales, sino también galpones, establos, construcciones agrícolas como gallineros e incluso los muros de cierre. Más de diez años después de la creación de la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU), la Xunta asume más competencias para poner coto también a las obras que no necesitan de licencia, sino de una simple comunicación previa.

Casi un año después de que el organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente se hiciera eco de esta reclamación por parte de los concellos, en especial de los más pequeños, se firmaron los primeros convenios. Un total de 13 ayuntamientos „Pantón, Ares, Mugardos, Cariño, Barro, A Pastoriza, Begonte, Becerreá, Castroverde, Vilardevós, Sandías, Gomesende y Punxín„ delegaron ayer en la APLU las competencias en materia de disciplina urbanística en obras sujetas solo a comunicación previa municipal. Hasta el momento, en estos concellos solo se recogía la actuación de los inspectores de la Xunta cuando las construcciones requiriesen licencia municipal.

La ampliación de competencias de la agencia es una demanda de los propios ayuntamientos y a la que la APLU dio luz verde hace un año. Estas obras menores, como muros de cierre o alpendres, son precisamente las que generan la gran mayoría de las infracciones en los ayuntamientos más pequeños, los que necesitan del auxilio de la Xunta para poder ejercer sus competencias en materia de urbanismo. Durante la firma de los convenios, la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, felicitó a todos los alcaldes por dar "un paso más" a favor de un correcto uso urbanístico de su territorio y de la protección del paisaje. Según destacó, el principal objetivo de la APLU „ primera agencia urbanística de ámbito autonómico que se puso en marcha en España„ es velar por la legalidad y garantizar el control sobre las posibles infracciones que se produzcan en materia de urbanismo.

Desde que se puso en funcionamiento el organismo en 2008, más de 1.300 propietarios se enfrentaron al derribo de sus viviendas, galpones convertidos en fines de semana o naves. Más del 80% de las construcciones reducidas a escombros se concentran en las provincias de A Coruña y Pontevedra.