El Centro de Investigación Aerotransportada de Rozas (CIAR), en el municipio lucense de Castro de Rei, inauguró ayer la torre de control más avanzada tecnológicamente de España, tras su rehabilitación y dotación de equipamiento. Esta torre completa así el CIAR, que aspira a convertirse en un organismo de referencia en Europa para la certificación de aviones no tripulados.

En el acto de inauguración, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, destacó que la Xunta destinará un total de 15 millones en sus presupuestos del año que viene para "seguir apoyando este polo aeroespacial".

El coste de esta infraestructura asciende a 5 millones „1,57 millones licitados a través de compra pública innovadora„, en una torre que aúna seguridad, instrumentación y supervisión de operación.

El centro de Rozas cuenta con un área de 313 hectáreas, una pista de 1.200 metros de largo por 45 de ancho y un hangar de 40 por 40 metros. De tal forma, ofrecerá un servicio integral innovador para la realización de plataformas aéreas, con una tecnología que permitirá a las empresas dar servicios de alta cualificación.

El proyecto del centro de Rozas cuenta con un presupuesto de 165 millones, de los cuales están ejecutados unos 96, según datos del Gobierno gallego. Más de 380 personas trabajan en esta iniciativa, con la previsión de que se alcancen los 500 empleados de alta cualificación.

La Xunta, el Ministerio de Ciencia y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial colaboran en un proyecto en el que hay más de 50 empresas y centros de conocimiento, con Indra, Babcock y Boeing como empresas tractoras.

Esta torre de control se enmarca dentro del programa de infraestructuras de la Civil UAVs Initiative, que contiene otros como: el de I+D (con 115 millones para 22 proyectos); el Programa Solucións (para incorporar herramientas en drones para dar respuesta a retos como la gestión forestal o la salud cardiovascular en el Camino); el Programa Entendemento (con la creación de una aceleradora sectorial); la Business Factory Aero (para promover la creación de pymes) y el de vocaciones científico-tecnológicas para promover la vocación de los más jóvenes.

Así, se realizan drones que servirán para tareas como la lucha contra los incendios forestales y la localización de personas desaparecidas, mientras se trabaja en otras líneas como la realización de embarcaciones no tripuladas. Todo ello, mientras el sector aeroespacial gallego creció alrededor de un 8% en el último año.