El primer semestre del año ha traído a Galicia el mayor saldo migratorio exterior de la historia. Es decir, llegan a la comunidad más residentes del extranjero que los que la dejan para vivir fuera de España. En concreto, 7.026 más, una cifra nunca vista hasta ahora. La inestabilidad en Venezuela y Colombia ha guiado hasta estas latitudes a 2.816 nuevos habitantes del total de 4.623 procedentes de Sudamérica. A pesar de estos movimientos, y según las últimas cifras de población difundidas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el censo gallego se sitúa en mínimos, por debajo de los 2,7 millones, una marca que en la última década solo se repitió en 2018 y 2002 y que contraviene lo que sucede en España, donde la población se dispara hasta los históricos 47,10 millones.

La inmigración consigue mitigar, que no evitar, la crisis demográfica de la comunidad. Con el saldo vegetativo en negativo„la diferencia entre nacimientos y defunciones se sitúa en menos 8.426 habitantes a favor de estas últimas„ la población gallega vuelve a bajar de los 2,7 millones de habitantes hasta situarse en los 2,698 millones. Solamente en el primer semestre de 2018 y en el de 2002 se había estado tan abajo. Apenas 237 habitantes hacen que el registro del primer semestre de 2019 sea el más bajo de la serie histórica. Y eso que el 1 de enero, el año había arrancado con 441 personas por encima de la barrera de los 2,7 millones de habitantes.

Pudo ser peor. La inmigración ha permitido atenuar este descenso de población. En seis meses la comunidad perdió 1.677 habitantes. Pero llegaron 11.022 nuevos residentes procedentes del extranjero. Se trata de personas jóvenes „casi 5.500 tienen edades comprendidas entre los 20 y los 45 años„ con lo que suponen un capital humano importante para el reemplazo generacional, inviable de mantenerse las actuales tasas de natalidad.

Saldo migratorio positivo

El 42% de los nuevos residentes del extranjero procede de Sudamérica. En su mayoría de Venezuela (1.785) y de Colombia (1.031). Un total de 2.862 españoles (26%) regresaron del extranjero y 1.351 habitantes (12%) de algún país de la UE, principalmente de Portugal (521) e Italia (259) incrementaron el censo.

El saldo migratorio de Galicia con el exterior fue positivo en los primeros seis meses por 7.026 personas. Casi el doble de extranjeros entró en la comunidad en relación con las que la dejaron en la primera mitad del año. Es el valor más alto para un primer semestre desde que se iniciaron las estadísticas de saldo migratorio en 2008, que han ido encadenado incrementos anuales desde 2016, aunque nunca tan notables como en esta ocasión. El saldo exterior en 2016 fue de 922 personas; en 2017, de 1.684 y en 2018, de 5.125. Atrás quedan los años en que los coletazos de la crisis arrojaron saldos negativos, con valores superiores a las mil personas en 2013, 2014 y 2015.

Población récord en España

Según los datos del INE, la inmigración elevó a 47,10 millones la población residente en España que alcanza su máximo histórico. Al igual que ocurre en Galicia, la entrada de extranjeros compensa la caída de nacimientos gracias a un saldo migratorio positivo de cerca de 210.000 personas. Todas las comunidades presentaron en el primer semestre un saldo migratorio positivo con el exterior, resultando los más elevados los anotados por Cataluña, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana.

Por contra, además de Galicia, han sido diez las comunidades con los saldos migratorios interiores, los que miden el trasvase de población entre comunidades, en valores negativos. En el caso gallego, más personas (215) dejaron la comunidad de las que entraron procedentes de otras localizaciones en España.

Por provincias, A Coruña ganó un millar de habitantes en un año y fijó su censo en 1.121.428. Un alza similar registró Pontevedra con una población de 941.797 personas en junio; mientras que en Lugo y en Ourense menguó la población hasta las 328.750 y 306.789 personas respectivamente.