Mientras los mariscadores de la coruñesa ría de O Burgo se desgañitan reclamando soluciones para los problemas generados en la zona por la acumulación de lodos de todo tipo y vertidos sin cuento a la misma tanto de las industrias asentadas más o menos en el borde litoral como por las distintas urbanizaciones que se han ido consolidando en el área, Xunta y Gobierno se tiran los trastos a la cabeza y se culpan mutuamente de un desgobierno que afecta al medio de vida de muchas mujeres y hombres que tienen en el marisqueo en la citada ría su principal medio de sustento.

Ahora, la Consellería do Mar dice que la Xunta "lamenta la deslealtad institucional del estado" por haber sugerido que el dragado de la ría está pendiente de un informe de la misma consellería "que aún no ha sido solicitado". Y es esta la segunda oportunidad „aclara la Consellería do Mar„ en la que conoce, a través de los medios de comunicación, "una comunicación remitida por el Estado" y apela a "anteponer los intereses de los ciudadanos y de los mariscadores coruñeses" a los intereses políticos.

Rosa Quintana, titular del departamento do Mar de la Xunta, entiende que la tramitación de la obra debe agilizarse y aclara que los trabajos a realizar se llevarán a cabo en terrenos de titularidad estatal. Destaca Quintana que fue la Xunta quien propuso la reasignación de los fondos europeos con los que acometer estas actuaciones, mientras que la actuación del Estado en la solicitud de fondos a Bruselas y en sacar adelante el proyecto se produjo a posteriori.

Los mariscadores, al igual que los vecinos de la ría de O Burgo, no piden explicaciones sobre quién tuvo la idea primigenia y quien la puso antes en práctica. Quieren una ría saneada, limpia, en la que poder trabajar sembrando y recogiendo el producto, a la vez que pasear por las riberas sin tener que respirar malos olores. Quieren un dragado integral y no una canalización de la ría similar a la que se puso en práctica con el río Monelos. Quieren que se actúe decididamente y cuanto antes, porque la ría se muere como lo viene haciendo desde los tiempos en los que Franco se despedía paseniñamente de este mundo y, posteriormente, en los de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, cuando Maruxa Rey „entonces lideresa de los mariscadores„ acudía a Madrid para trasladar al Ejecutivo „entonces de UCD„ los sinsabores de un colectivo importante de mariscadores que perdían su tiempo rañando en los fondos marinos de O Parrote y clavando los raños en el estercolero de O Burgo.

Culparse a los unos a los otros nunca ha sido la solución a los problemas. Podrían haberlo intentado trabajando conjuntamente y escuchando a aquellos hombres y mujeres que tantas veces le han dicho al Gobierno y a la Xunta que, entre lodos asquerosos y acciones de los furtivos, sus hijos se estaban quedando sin medios para existir dignamente. Y hace bien Rosa Quintana en solicitar que no se antepongan los intereses políticos a los de los mariscadores coruñeses. Pero por ambas partes, conselleira: por el Gobierno, sí; pero también por la Xunta que se responsabiliza del gobierno de los ciudadanos gallegos, entre los cuales están los mariscadores de O Burgo.

Digamos las cosas como son.