El telón de la campaña electoral más extraña de la historia democrática de Galicia cayó anoche con la última llamada al voto de los candidatos, entre el temor generalizado a una gran abstención a causa de la pandemia del coronavirus. Tan peculiar ha sido que hasta una avería en el avión presidencial se convirtió en protagonista e impidió la presencia en el acto de cierre de los socialistas de Pedro Sánchez.

Finalmente, solo Burela votará confinada, aunque otros seis concellos de A Mariña también tienen restringida su movilidad. Los gallegos que estén en cuarentena podrán acudir a los colegios electorales y solo los positivos, 259 según el último dato de la Xunta, no podrán ejercer su derecho al sufragio.

"Si estoy enfermo, no me llevéis a un médico sin experiencia. Llevadme al hospital público de A Coruña, donde hay médicos con experiencia". Con este símil, Alberto Núñez Feijóo defendió ayer en el mitin central del cierre de la campaña en la ciudad herculina la necesidad de que los gallegos opten por su papeleta, la del PP, para continuar al frente de la Xunta y afrontar con mayores garantías las "incertidumbres" generadas por la pandemia de Covid-19, que amenaza con una crisis económica y social sin precedentes después de someter a la sanidad pública al mayor "test de estrés posible".

En el lugar de Sánchez, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, arroparon al aspirante a acabar con tres legislaturas y evitar una cuarta del Partido Popular. En su útlima bala, Gonzalo Caballero subrayó: "Galicia necesita un cambio y el único cambio con garantías es el PSdeG". Caballero levantó el ánimo de la camadería con un discurso más aireado que en otras ocasiones. Ante un aforo de unas 900 personas anunció que se ve "más listo" y "más fuerte" para gobernar que nunca.

María Pita fue la heroína de la defensa de A Coruña contra la Invencible inglesa. La plaza coruñesa donde se levanta la estatua en su honor fue el lugar elegido por la líder del BNG para cerrar la campaña del 12-J, una cita en la que la candidata nacionalista aspira a convertirse en la primera mujer presidenta en Galicia. A escasas 36 horas de la apertura de los colegios electorales, Ana Pontón llamó a "concentrar todos los esfuerzos" en las papeletas del Bloque para poner fin al "oportunismo, inmovilismo y conservadurismo" del actual Gobierno gallego y a "hacer historia cambiando el rumbo" de la comunidad con el proyecto nacionalista.

Cuatro años después, en el mismo escenario que fue preámbulo de la época dorada de En Marea en el Parlamento gallego, la Praza da Quintana, en Santiago, Galicia en Común-Anova Mareas se reivindicó como heredera de la "llama" y busca reavivarla. Allí estaban ayer varios alcaldes del cambio, desde Ada Colau, que llamó a la "solidaridad" de la "gente común" para "vencer todos los virus", a los tres exregidores de las mareas gallegos, dos de ellos -Martiño Noriega y Xulio Ferreiro- en el estrado con el aspirante a renovar los votos de la ilusión, Antón Gómez-Reino. "En tan solo 48 horas abrimos paso a la Galicia del futuro y dejamos atrás la década oscura de Feijóo", proclamó.