La sesión constitutiva del Parlamento gallego fue totalmente atípica, marcada de principio a fin por las medidas de seguridad derivadas de la crisis del Covid-19. No solo todos los diputados acudieron con mascarilla, sino que además no hubo público en la tribuna de invitados -los 80 asistentes se ubicaron en varias salas independientes para seguir la ceremonia por televisión y manteniendo la distancia de seguridad-y cada escaño estaba separado de sus contiguos por una mampara de metacrilato. A ello se sumaban los botes de geles desinfectantes en la mesita de cada parlamentario.

Puertas adentro reinaba la sobriedad y los gestos de resignación por adecuarse a la nueva normalidad, mientras que fuera, más de un centenar de trabajadores de Alcoa cortaban la calle para protestar por la marcha de la empresa ubicada en la Mariña lucense. El diputado del Bloque Daniel Castro acudió al hemiciclo vestido con una chaqueta de trabajo de uno de los empleados de Alcoa.

Pese a la distancias de seguridad, fueron inevitables algunos corrillos al término de la sesión, como el que protagonizaron Caballero y Feijóo, cuando el líder socialista acudió a saludarlo, así como a felicitar a Corina Porro.

Los socialistas acudieron con una rosa roja que depositaron en su escaño, mientras que los nacionalistas, como ya es habitual, lo hicieron con un clavel rojo y un ejemplar del Sempre en Galiza de Castelao. También como es habitual, los diputados del BNG prometieron el cargo con su tradicional fórmula: "Me comprometo a ser fiel a Galicia y a defender los derechos nacionales y sociales de los gallegos y su libertad. Por imperativo legal, sí prometo". Los socialistas "prometieron" y en las filas del PP, la mayoría optó por jurar, aunque Feijóo, Alfonso Rueda o Pedro Puy recurrieron al "prometo".

A la sesión acudieron 74 diputados, dado que la nacionalista María González Albert está hospitalizada a la espera de dar a luz. Sí acudió la popular Sandra Vázquez a pesar de que ya ha salido de cuentas.