Los avances tecnológicos han permitido que las aseguradoras hayan detectado el 20% de los intentos de fraude por medios digitales, cuando hace diez años este porcentaje era de solo el 5%. El 78% se detectó de forma manual.

"La automatización robótica de los procesos está haciendo que aumente de manera muy importante el volumen de las investigaciones realizadas sobre los casos sospechosos", asegura AXA, que destina cada año entre 3 y 3,5 millones a la detección de los falsos siniestros

El análisis destaca innovadoras formas de intento de engañar al seguro propiciadas por los nuevos tiempos como los siniestros climatológicos, la nueva movilidad en patinete, pero, sobre todo, los fakes tecnológicos, los intentos de defraudar al seguro a través de la suplantación de la identidad con sistemas que permite recrear la fisonomía facial e incluso la voz de una persona. Son los conocidos deepfakes, herramientas de manipulación de imágenes que facilitan recrear caras e incluso voces, que se están convirtiendo en un novedoso vehículo para cometer estafas al seguro, ya que han aparecido casos de suplantación de identidad con intención de cometer estos fraudes.