La desaparición del pesquero Villa de Pitanxo a 250 millas del territorio canadiense de Terranova ha dejado a los familiares en un estado de absoluta consternación, afectados no solo por el naufragio, sino por la información que llegaba a cuentagotas desde Norteamérica. Durante toda la mañana, varios contingentes se desplazaron primero hacia la sede de la empresa armadora, el Grupo Pesquerías Nores, para saber si los dueños del barco disponían de nuevos detalles sobre el accidente, y después a la Autoridad Portuaria, donde les recibiría Luis Planas, ministro de Pesca y Alimentación, para ponerles al corriente de toda la información oficial existente a raíz del naufragio y del cese de las labores de rescate, “37 horas después”, según confirmaron algunos de los familiares asistentes al encuentro.

La visita del titular de Pesca a Marín, sin embargo, fue recibida con críticas por muchos de los familiares, que mostraron visiblemente sus quejas por no ser informados y por unas declaraciones emitidas previamente por Planas en Vigo, tras una reunión con los responsables de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), en las que decía que “no es momento de entrar en ninguna polémica” sobre el nivel de datos trasladados a las familias. “Se trata de cuidar a las personas que están sufriendo, esa es mi preocupación”, apuntó.

Tras la reunión con los armadores, en la que también estuvieron los responsables de Nores, Planas expresó que el Gobierno quiere “aprovechar cualquier ventana de oportunidad” por si se pudiera reanudar la búsqueda de los 12 tripulantes del Villa de Pitanxo que siguen desparecidos, contradiciendo de esta forma al delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, que había recordado que la Embajada de España en Canadá ya hizo “gestiones” para que las labores de rastreo se extendieran hasta las 36 horas, a pesar de que los protocolos de rescate canadienses, en malas condiciones meteorológicas y de mar no prevén búsquedas “de más de 23 horas”.

Los familiares trasladaron al ministro su preocupación por los errores cometidos en el proceso de informarles de todo lo que había ocurrido. Un mecanismo que, según les explicó Planas, recaía en los representantes territoriales del Gobierno central en Galicia y Pontevedra, los cuales se comprometieron a refinar sus procedimientos para procurar que les llegue la información oficial lo antes posible y de forma preferente.

“Queremos que haya transparencia. Mantuvimos la calma, dentro de la situación complicada que tenemos, pero de repente, empezamos a ver información por todos lados, cuando nos habían dicho que nos llegaría primero a nosotros. Fue mentira”, explicó Crístofer González, hijo del moañés Fernando González.

"No sabemos nada, estamos desesperados". Las peores horas para los familiares de los desaparecidos

"No sabemos nada, estamos desesperados". Las peores horas para los familiares de los desaparecidos Agencia ATLAS / Foto: EP

En esa misma línea se pronunciaba la marinense María José de Pazo, hija de Francisco de Pazo, jefe de máquinas del Villa de Pitanxo, que recalcó que las familias “están pasando un dolor muy grande por las pérdidas y esta situación lo acrecienta todavía más”, ya que, según su caso particular, “no nota ni cooperación ni ayuda ni amparo”.

En la reunión también reclamaron al Gobierno de España que retome por su cuenta las tareas de búsqueda de los marineros que permanecen desparecidos. “Ya sabemos que están muertos, pero esas 12 personas no merecen que se les abandone”, dijo María José De Pazo. Además, sugirieron que se compense económicamente a los pesqueros que todavía se encuentren por la zona para que prosigan con la búsqueda, ya que, según De Pazo, “cuentan con la experiencia necesaria para poder seguir buscando en un mar como ese”. Las familias salieron de la reunión con un compromiso por parte de las autoridades de que se estudiaría la viabilidad de sus peticiones, principalmente la de reemprender el rastreo en aguas canadienses.