La Opinión de A Coruña

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Cuatro días de fuego en Galicia: 750 desalojados y 13.500 hectáreas y casas arrasadas

En Folgoso do Courel confluyeron varios incendios que calcinaron 6.700 hectáreas mientras que en Carballeda ya van 4.600. El origen de todos, la tormenta del jueves

Una vecina de Alixo, en O Barco de Valdeorras, llora al ver los daños provocados por los incendios en la parroquia. Brais Lorenzo

El jueves a media tarde Galicia quedó bajo la influencia de una gran tormenta, inusual por la rapidez con que se formó y por su extensión, que parecía que iba a aliviar las altas temperaturas. Dejó precipitaciones, pero pocas, pero también unos 6.000 rayos que provocaron al menos medio centenar de incendios que convirtieron la ola de calor también en una ola de fuegos por toda Galicia, especialmente en Lugo y en Ourense, que ayer cumplió su cuarto día.

A la espera de que cambien hoy las condiciones climatológicas, avivadas por el viento y altas temperaturas las llamas de los incendios en Galicia se han mostrado muy difíciles de extinguir, arrasando con decenas de casas y 13.540 hectáreas de monte, obligando a evacuar treinta núcleos de población y a desalojar de sus viviendas a 750 personas y provocando cortes de tráfico en varias carreteras de Ourense.

Vistas del incendio desde el AVE Madrid-Ferrol de primera hora. | // F. SEOANE

Así como en 2017 Chandebrito (Nigrán) fue la zona cero de los voraces incendios de ese año, el de ahora bien podría ser Alixo, en O Barco de Valdeorras, (Ourense) donde las llamas han reducido a cenizas una quincena de casas, algunas habitadas, otras utilizadas como segunda residencia y alguna más en proceso de rehabilitación.

Las llamas aproximándose a O Barco de Valdeorras. | // BRAIS LORENZO X. A. Taboada / A. G. Tesouro

Los vecinos fueron evacuados a la fuerza por la proximidad del fuego. Una parte del pueblo se salvó, pero otra no. Quedaron paredes y piedras carbonizadas ante la desolación expresada por sus propietarios, impotentes para frenar las llamas.

Casas destruidas por el incendio en Alixo (O Barco de Valdeorras). | // BRAIS LORENZO

Isabel Pérez, de Alixo, que fue a sacar a su padre con una enfermedad respiratoria y a su madre de la casa donde había pasado toda su infancia: “Salí de mi casa de O Barco, fui a cogerlos y los llevé de nuevo para allí, a un sitio seguro. Queríamos subir de nuevo para ayudar en lo que pudiéramos y defender nuestro pueblo y nuestras casas pero no nos dejaron”.

Les cortaron el paso por seguridad. La casa de sus padres y de un tío suyo, calcinadas. “Tenemos impotencia porque la Guardia Civil no nos dejó ayudar con mangueras o lo que pudiéramos, porque al final son nuestras casas. No decimos que nos hubieran dejado estar a todos, porque todos no tienen las condiciones físicas, pero hubo gente que quería y podía y no la dejaron defender su casa”, relata.

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Más de 700 desalojados de sus casas por los incendios en Galicia EP / EFE

El causante fue el incendio originado por la tormenta eléctrica en el municipio limítrofe de Carballeda de Valdeorras, el más extenso de todos los que se produjeron esa noche. Durante el día de ayer, había esperanza que el incendio que se reactivó en Carballeda de Valdeorras el domingo se perimetrara y controlara de alguna forma. Pero fue imposible. Las rachas de viento de más de 80 km/h que se produjeron en la comarca alimentaron un incendio que cercó más pueblos en la localidad barquense, como Santa Mariña de Santiguoso, donde hizo presencia la Unidad Militar de Emergencia para tratar de que las llamas no llegaran a las casas. Al caer la noche, la superficie ardida superaba las 4.600 hectáreas.

El concello lucense de Folgoso de Courel es el más castigado por los incendios, pues la tormenta eléctrica provocó varios fuegos que confluyeron en dos y que en su conjunto arrasaron con 6.700 hectáreas. Varias aldeas de este municipio fueron pasto de las llamas con decenas de casas calcinadas. Los otros incendios de mayor gravedad que ayer seguían activos eran los de Vilariño de Conso (1.800 hectáreas), Palas de Rei (375), Oímbra (350) o Quiroga (250).

Por la mañana, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se desplazó a Pobra do Brollón (Lugo) al puesto de mando avanzado de gestión de incendios en la provincia, después de anular su agenda de actos del día. Allí informó de que en las últimas horas habían sido desalojados 30 núcleos de población por los incendios, con unos 500 evacuados en la provincia de Lugo, así como entre 200 y 250 en la de Ourense.

Recordó que esta situación comenzó el jueves con un “fenómeno absolutamente inusual y no propio de Galicia”, a raíz de la tormenta eléctrica que provocó más de 50 incendios y quiso detacar que la mayoría de ellos estaban ya en fase de control cuando el viento los reavivó durante la tarde y la noche del domingo.

La portavoz del BNG, Ana Pontón, lamentó el “drama” de los incendios forestales que “año tras año” se produce en Galicia y cargó contra la Xunta, toda vez que entiende que “se repiten problemas de gestión y planificación”. “Falta tomarse en serio la ordenación del monte, no hay suficiente inversión en prevención y luego, cuando llegan los veranos, vemos que se repite el drama”, censuró Pontón, al tiempo que reclamó ayudas para los que perdieron sus casas.

Por su parte, el secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, calificó de “grave” la situación de los incendios y pidió “unidad política” frente a un asunto “de país”, que es “prioritario”.

Voluntarios

Profesionales de los servicios de extinción mostraron su compromiso y solidaridad con el resto de sus compañeros contribuyendo a las labores de extinción de los principales fuegos que afectan a Galicia, como son los focos de O Courel y el de Carballeda de Valdeorras, fuera de su turno laboral o llegando tiempo antes del relevo para dar descanso a los profesionales que los precedieron. A primera hora de la tarde, bomberos de A Coruña se trasladaron a Valdeorras y se pusieron a disposición del puesto de mando avanzado.

Un agente medio ambiental de la provincia de Ourense dice que “no solo los bomberos forestales están yendo, de forma voluntaria, fuera de sus turnos de trabajo para ayudar y dar descanso, muchos agentes medioambientales también. Va en nuestro ADN cuando las cosas se ponen así de difíciles”.

“Somos así”, relata otro bombero forestal que acudió también a Carballeda de Valdeorras para “aportar su grano de arena” y alega que “así damos algo de descanso a nuestros compañeros como lo hacen ellos con nosotros, porque las condiciones son terribles”.

Los incendios de Zamora causan dos muertos y el corte del AVE entre Galicia y Madrid

No es Galicia el único territorio afectado por los incendios. Las llamas también están presentes en media España, sobre todo en Zamora, donde se registra uno de los fuegos más graves que ya ha provocado dos muertes —un trabajador del servicio de extinción y un pastor— la atención sanitaria de otros nueve brigadistas del operativo y de dos personas que eran evacuadas y sufrieron quemaduras, además del desalojo de diecisiete poblaciones con más de 3.000 habitantes.

Un hombre escapa del fuego en uno de los incendios que afecta a Zamora.

Este incendio, que se originó en Losacio y que ayer seguía descontrolado y avivado por las altas temperaturas y el viento, obligó además a cortar la línea del AVE Madrid-Galicia.

Angustia entre los pasajeros de un AVE Madrid-Galicia ante la proximidad del incendio de Zamora

Angustia entre los pasajeros de un AVE Madrid-Galicia ante la proximidad del incendio de Zamora VÍDEO CEDIDO - FRANCISCO SEOANE PÉREZ

Hubo un momento en que las llamas llegaron a flanquear el tren Madrid-Ferrol a la altura de Sanabria sobre las 09.30 horas, como se ve en la imagen superior, tomada por el profesor de la Universidad Carlos III de Madrid Francisco Seoane Pérez. El convoy aminoró la marcha, se detuvo unos minutos y logró continuar su trayecto. A las 09.45 se cortó la vía entre Otero de Bodas y Zamora, y Renfe habilitó autobuses como transporte alternativo. Pero a las 12.45 decidió suspender todos los servicios entre Galicia y Madrid siguiendo las indicaciones de Adif.

En Portugal, tras unos días de angustia, por fin consiguieron controlar los incendios, que ahora se desplazan al norte, conforme lo hace también la ola calor. En Francia se evacuaron ayer al menos a 8.000 personas de la localidad de Teste-de-Buch, ubicada en el suroeste y fuertemente afectada por un incendio forestal y que ha calcinado ya 4.300 hectáreas. En los últimos días, el número personas desalojadas asciende a 28.000.

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