La lluvia ligera de esta semana sirvió en Galicia para aliviar la lucha contra los incendios, pero no permitió recuperar caudales en los ríos y embalses, por lo que la sequía se agrava. Por ese motivo, la Xunta amplió ayer la situación de prealerta por escasez de agua a las cuencas de los ríos Tambre y Grande, con afectación a zonas como Santiago de Compostela y la Costa da Morte, debido al “drástico” descenso de los caudales en la primera quincena de agosto, que han motivado que alrededor de 80 municipios estén aplicando ya medidas de restricción en el suministro.

La reunión de la Oficina Técnica da Seca de ayer fue el escenario en que se tomó la decisión de ampliar la prealerta, que ya afectaba a las cuencas de los ríos Anllóns, que atraviesa la comarca de Bergantiños, y Lérez, en Pontevedra. La nueva situación afecta a los sistemas de la cuenca del Tambre y de los ríos que desembocan en la ría de Muros-Noia, así como a la cuenca del río Grande y de los ríos que alcanzan la ría de Camariñas y la costa de Cabana, Laxe y Muxía.

También se abordó la necesidad de dar un tratamiento equivalente a la prealerta a los subsistemas de los ríos Bahíña y Zamáns, que abastecen al Val Miñor, pese a que los sistemas en su conjunto aún no alcancen ese escenario, según la Xunta. Por ello, se insta a los gestores de abastecimiento de estas zonas a tomar medidas de ahorro y contención del consumo.

La Xunta constata un empeoramiento generalizado de la situación en el conjunto de la demarcación hidrográfica de Galicia-Costa, a excepción del norte de la provincia de Lugo, debido la carestía de precipitaciones y apela a la población para poner en práctica un “drástico descenso” del consumo.

Los caudales circulantes de los ríos de la demarcación siguen por debajo de los valores habituales para esta época del año, un 34% menos que la media de los últimos diez años y un 15,7% menos que en 2021.