José Luis Rodríguez Vilariño, uno de los trabajadores de Renfe que recibió el correo electrónico del jefe de maquinistas de Ourense año y medio antes del accidente de Angrois advirtiendo del peligro, ha admitido que la curva en la que descarriló el tren era un punto crítico pero ha incidido en que, en todo caso, "se ajustaba a la norma".

El correo advirtiendo del peligro llegó a al menos nueve altos cargos de Renfe ya que el testigo que ha comparecido esta mañana ha asegurado que él lo remitió a sus superiores inmediatos aunque no le consta si esta cuestión se trató también con responsables de Adif.

Pese a que él trasladó el contenido del correo electrónico que alertaba sobre las deficiencias de la curva, Vilariño ha desvelado que esta advertencia no se abordó en la comisión de seguridad de Renfe.

Vilariño ha remarcado que pese a que se trata de una curva complicada, nadie atisbó un peligro "al punto que se ve ahora" después de que el Alvia descarrilase causando 80 muertos y 140 heridos.

En la undécima jornada del juicio también ha comparecido María Rosa Sanz Cerezo, en su momento secretaria del consejo de administración de Adif y directora general de recursos humanos, que ha señalado que "las competencias de seguridad en la explotación de la vía" en la que ocurrió el accidente estaban delegadas en el exjefe de Seguridad en la circulación de Adif, Andrés Cortabitarte.

Cortabitarte es uno de los encausados en este juicio junto con el maquinista del Alvia accidentado en la curva de Angrois, Francisco Garzón.

Con todo, Sanz Cerezo ha dicho que ella no tiene constancia de que Cortabitarte tuviese de forma explícita "la competencia de evaluación y gestión de riesgos".

La testigo tampoco era consciente de la desconexión del sistema de seguridad ERTMS ya que esa fue una cuestión "de tipo técnico y operativo que no se pone en conocimiento del consejo de administración" y, menos, en ella, que de formación es "jurista" y no "técnica".