Patronal y sindicatos alcanzan un acuerdo para suspender la huelga de buses de 48 horas

La mediación del Consello de Relacións Laborais salva in extremis los 1.600 servicios que se iban a cancelar hoy y mañana | El sector mantiene el paro indefinido desde el 8 de mayo

Autobuses en la estación de A Coruña en la huelga del pasado 31 de marzo. |   // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Autobuses en la estación de A Coruña en la huelga del pasado 31 de marzo. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA / R. Prieto

Ocho horas de negociación in extremis entre la patronal y los sindicatos del sector del transporte de viajeros por carretera en Galicia permitieron la desconvocatoria de la huelga anunciada para hoy y mañana en toda la comunidad. El acuerdo alcanzado con la mediación del Consello Galego de Relacións Laborais, dependiente de la Consellería de Emprego, permite salvar al menos 1.600 servicios que se iban a cancelar durante las 48 horas de un paro convocado en la antesala del fin de semana y de una miniescapada de tres días al ser el lunes festivo. Pero la huelga indefinida programada por Comisiones Obreras, CIG y UGT a partir del 8 de mayo sigue en pie, salvo que, finalmente, la patronal atienda sus reclamaciones pendientes en materia salarial y laboral.

La reunión comenzó a las diez de la mañana con pocas expectativas de llegar a un acuerdo. Pero a medida que avanzaban las horas, la mediación del Consello Galego de Relacións Laborais empezaba a dar sus frutos y acercar posturas en un conflicto enquistado por unos convenios sin actualizar desde hace años. Pasadas las seis de la tarde y tras varios recesos para reuniones de partes y consultas, se producía el anuncio de suspensión de la huelga para hoy y mañana. La decisión, según informaron los sindicatos, se basa en el acuerdo alcanzado con la patronal de una subida salarial correspondiente al IPC para 2021 del 6,5% y para 2022 del 5,7%.

En el seno del encuentro de ayer también se acordó iniciar la negociación de un acuerdo gallego de transporte de viajeros que abordará aspectos como la jornada laboral, el salario, plus de conductor, plus perceptor y dietas.

Las negociaciones se retomarán el próximo martes día 2 para tratar de acercar posturas que permitan desbloquear por completo el conflicto y, en consecuencia, desconvocar la huelga indefinida. El sector del transporte de viajeros por carretera, que en la comunidad gallega suma 250 empresas con una flota que supera los 3.700 vehículos y unos 5.000 trabajadores, ya protagonizó en 2017 un paro que se prolongó durante dos meses, una situación que esperan no se repita. La pelota, dicen, está en el tejado de la patronal.

“Cuestiones pendientes”

Tras la maratoniana reunión de la Mesa Galega do sector do Transporte, los sindicatos anunciaron la desconvocatoria de los paros para hoy y mañana, pero manteniendo en la agenda el paro de carácter indefinido anunciada para mayo porque —advierten— “queda todavía una parte importante por negociar”.

Desde la CIG, Xesús Pastoriza, celebró los avances aunque reconoció que “hay cuestiones pendientes”. El acuerdo alcanzado ayer entre patronal y sindicatos implica, según detalló Pastoriza, que “el poder adquisitivo de estos años se recupera”. No obstante, queda pendiente el referido a Lugo, porque los trabajadores de la provincia estuvieron sin convenio en los años 2017, 2018, 2019 e 2020, por lo que queda aún pendiente la negociación de todos esos ejercicios. En todo caso, destacan, “al menos los de 2021 y 2022 ya están acordados”.

La huelga de hace casi un mes —el viernes 31 de marzo, en vísperas de las vacaciones de Semana Santa—, tuvo un seguimiento masivo y paralizó casi por completo la actividad en toda la comunidad. La convocatoria de huelga anunciada para hoy y mañana suponía la cancelación de al menos 1.600 servicios de conexiones interurbanas. Pero el la convocatoria también afectaba a las líneas de bus urbano en las ciudades que se rigen por los convenios provinciales, como es el caso de Santiago y Ferrol.

El conflicto estaba tan enquistado que los sindicatos convocantes habían apelado in extremis a la mediación del Consello Galego de Relacións Laborais con el objetivo de lograr un acercamiento y evitar una huelga como la protagonizada por el sector en Galicia en 2017.

La primera jornada de huelga, justo antes de Semana Santa, se celebró en plena polémica por la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) sobre el entendimiento entre las empresas Monbus y Alsa, y la orden a la Comisión Galega da Competencia a incoar un expediente sancionador “por indicios de repartirse el mercado” al presentarse a varios contratos para transporte por carretera en Galicia en 2020. En el paro de hace casi un mes, el seguimiento fue masivo y no se respetaron los servicios mínimos, cumpliéndose solo el 45% de los fijados por la Dirección Xeral de Mobilidade, lo que provocó la suspensión de más de 4.00 conexiones.

El sector del transporte de viajeros por carretera no está ante un conflicto exclusivamente laboral por los que desde que iniciaron sus movilizaciones reclaman la intervención de la Xunta para lograr una mejora del servicio.

Un conflicto laboral pero también de una flota con deficiencias y de carencias en el servicio

Tres son los ejes que han llevado al sector a fijar un calendario de movilizaciones y jornadas de huelga. Las protestas se iniciaron en A Coruña el pasado mes de febrero, a las que sucedieron otras dos en Santiago, la última este martes. El primero de los motivos que llevó a los trabajadores de autobús a parar su actividad el pasado 31 de marzo y planificar una huelga indefinida a partir del 8 de mayo es la actualización de los convenios. Aunque son provinciales, los problemas de las plantillas son similares en toda Galicia: en Pontevedra está caducado desde 2020 y la patronal había ofrecido una subida salarial del 0,8%, la misma que en la provincia de A Coruña; y en Ourense y Lugo “ni siquiera se sentaron a negociar” o los últimos contactos “datan de la prehistoria”. El segundo motivo de las movilizaciones obedece al estado de los vehículos, con un mantenimiento deficitario y averías continuas, y el tercero, al estado del servicio (tardanza de los refuerzos, madrugones para evitar quedarse sin plaza, llegadas tarde al destino). Esta situación provoca, según advierten los sindicatos, “insultos y amenazas prácticamente a diario” por parte de los usuarios.

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