-¿Cuáles son las características que han convertido la ría de O Burgo en un refugio de aves?

-Hay muchas rías en Galicia, pero esta tiene dos aspectos interesantes. Es un estuario bien protegido que las aves han escogido, probablemente, porque hay mucho alimento y porque se sienten seguras. Esto es sorprendente porque hay muchas viviendas y mucha gente paseando. ¿Qué han descubierto las aves? Que los que vamos a pasear por allí no somos peligrosos. No le prestan demasiada atención ni a las personas ni tan siquiera si se asoma un perro.

-¿Esto no es algo habitual?

-No, es muy poco común. Ocurre en algunos lugares del norte de Europa, pero en España no. Vas a la ría de Betanzos o a Cecebre a observar y, cuando te acercas a cientos de metros de ellas, se echan a volar. Aquí, en cambio, las aves aprenden, en horas, de las que ya estaban allí que no hay problema. Esto facilita mucho la observación y que existan unas poblaciones de aves muy importantes a pesar del pequeño tamaño de la ría. Desde el puente de O Burgo hasta la playa de Santa Cristina, es un tramo realmente pequeño de estuario y hay una diversidad y una concentración de especies muy interesante.

-¿De cuántas especies estamos hablando?

-Se han observado más de 200 especies diferentes. En un paseo en invierno, que es cuando hay mayor diversidad porque vienen del norte, se pueden observar sobre cien especies de aves en dos o tres horas.

-¿Cuáles considera las más destacables?

-Es muy buena zona para las espátulas, una especie de zancuda blanca que tiene el pico en forma de cuchara. Hay otras muy huidizas en otros sitios, como el chorlito gris. Tiene la gracia de que la inmensa mayoría de las que hay son compartidas con otras zonas del mundo. En general, de Europa o del Atlántico. Así, del norte de Canadá vienen las vuelvepiedras, que se llaman así porque voltean las piedras para comer lo que hay debajo. Las espátulas puede que vengan de los Países Bajos. Los chorlitos grises vienen de la tundra siberiana, pero muy hacia el Este. Esto da lugar a muchos elementos para jugar a nivel pedagógico con los niños.

-¿Cuál es la mayor amenaza para las aves que paran en la ría?

-Los cambios que hubo en toda la fisionomía de las orillas con motivo del crecimiento urbano fue un impacto potente. Hay un elemento, que es la contaminación, que no sabemos en qué medida les está afectando porque no podemos analizar sus órganos internos.

-Pero ellas siguen viniendo.

-Sí, pero no sabemos hasta qué punto pueden estar concentrando los metates pesados que diferentes entidades públicas dicen que puede haber allí. En cualquier caso, la mayor amenaza que sufren las aves es que no las tengamos en cuenta, tanto porque se lo merecen como por nuestro interés. Tienen un valor y un potencial educativo y de ocio extraordinario.

-En la sociedad denuncian que la ciudadanía y las plataformas que luchan por la defensa de la ría no las tienen en cuenta.

-La sociedad, en general. Es obligación nuestra, de los ornitólogos, llamar la atención sobre este valor. Los niños ya no saben recitar retahílas de nombres de árboles o de pájaros. El no conocerlos es una verdadera lástima. Observándolas y estudiándolas, además de disfrutar, podemos extraer muchos mensajes.

-¿Qué propuestas hacen para su protección?

-Utilizar el potencial educativo y de ocio que tiene la ría. No hablamos de hacer ninguna inversión, porque los paseos marítimos están hechos y las aves ya están ahí. Solo hablamos de ponerlo en valor. Que los profesores aprendan a trabajar con la aves, que la gente de todas las edades las conozca y acuda con sus prismáticos a disfrutarlas. Luego, debemos plasmar sobre el papel esta importancia. Proponemos que se aproveche la legislación de espacios naturales protegidos que tenemos en Galicia. No pedimos un parque natural ni nada que suponga una protección severa, sino que se declare Espacio Natural de Interés Local para aportarle un valor legal. Permite, además, incluirlo en las estrategias de conservación o de desarrollo de la ría. La proposición tendría que partir de los ayuntamientos del entorno.

-¿Se pusieron en contacto con ellos?

-Ha habido varias iniciativas. La más bonita partió de un colegio de Perillo. Una profesora puso en marcha con sus alumnos un proyecto precioso de seguimiento de las aves de la ría. Luego, los niños se pusieron en contacto por carta con los diferentes ayuntamientos y con todos los partidos políticos. Fue a finales del curso pasado. Ahora está en manos de los ayuntamientos.

-¿Habría que delimitar ciertas áreas para las aves?

-No necesariamente. Estamos hablando de que se compatibilice y se incluya este valor educativo y de disfrute en cualquier estrategia de desarrollo de la ría. Hay sitios en que las aves descansan y que es preferible no tocar, pero son sitios en donde nadie va a recoger marisco ni a pescar ni nada, porque son las pocas extensiones de marisma que hay. Si lográramos armonizar esta importancia natural con la explotación marisquera sería un valor añadido para el marisco. También se podría incluir esta actividad, con sus problemas, en el programa educativo.

-¿Cree que el proyecto de retirada de lodos puede perjudicar a las aves?

-Si no se estudia bien, sí. Si se ignoran las aves, sí. No puede ser que se eche una moneda al aire y a ver qué pasa. Tiene que tenerse muy en cuenta este valor. Donde no se ha hecho este estudio, ha ocurrido de todo: desde que desaparecen las aves hasta que aparecen otras especies y desaparecen las que había... En fin, lo que es de sentido común es que se protejan todos los valores de la ría, no dejar ninguno fuera.