Decenas de comensales se sumaron ayer a la celebración de la décima cigalada de las fiestas de Boedo. La aldea cullerdense consagró su popular fiestas gastronómica, en la que los organizadores despacharon cientos de raciones de crustáceo. La cigalada marcó el arranque de las fiestas en honor a San Roque, que continuaron con música hasta la madrugada: el grupo Manila y la orquesta Gran Parada amenizaron la verbena a los asistentes, llegados en buena parte de otras parroquias y concellos. Los festejos seguirán hoy con misa en honor a San Roque, sesión vermú y verbena con la orquesta Trole.