"Nadie recuerda algo así". Fue la frase más repetida ayer entre los vecinos de Sada que asistieron estupefactos al rescate de decenas de familias de sus viviendas a bordo de zodiacs del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil. Las inundaciones provocadas por la lluvia, la pleamar y el gran caudal que transportaba el río dejaron una imagen insólita del centro de Sada y un reguero de dudas sobre las causas. Aunque las primeras llamadas de auxilio se registraron a las tres de la madrugada, las alertas no se dispararon hasta pasadas las ocho de la mañana. A esa hora, los efectivos no dudaban de hablar de un "caos terrible".

Comerciantes parapetados en sus establecimientos intentando salvar su mercancías, garajes totalmente anegados, vehículos prácticamente cubiertos por la riada, carreteras cortadas y decenas familias aisladas en sus viviendas.

Según el 112, hasta doscientas personas tuvieron que abandonar sus casas por unas inundaciones "históricas", en palabras de vecinos, refrendadas unánimemente por los miembros de la Corporación Local. Más de cuarenta familias fueron evacuadas por los servicios de emergencias y, de ellos, alrededor de una decena tuvieron que alojarse temporalmente en el albergue de Gandarío.

Los agentes de la Guardia Civil, el Servicio Municipal de Emergencias y la Policía Local acudieron primero al rescate de los ancianos o niños aislados en sus viviendas. Las familias abandonaban sus hogares pertrechadas con lo justo para pasar una noche fuera, conscientes de que no podrían regresar a sus domicilios.

La inundación obligó a suspender las clases del instituto. El centro educativo tampoco abrirá hoy sus puertas por los posibles daños en el centro de transformación y ante la necesidad de evaluar previamente los daños en el edificio.

El Concello todavía no dispone de una estimación de los daños, que más que presumiblemente serán cuantiosos. Daños en edificios, en vehículos, en mercancía de los comerciantes y un largo etcétera aún por determinar.

El alcalde, Benito Portela, y los concejales del Ejecutivo acudieron a primera hora de la mañana a As Brañas para seguir el inusual despliegue de medios de Guardia Civil, bomberos, servicio municipal de emergencias, Policía Local. Los vecinos de las calles más afectadas, como Abegondo o Culleredo, le echaron en cara al Ejecutivo su tardanza en intervenir. Aseguran que el Concello desoyó sus primeras llamadas de alarma, realizadas de madrugada, y que se vieron obligados a dirigir ellos mismos el tráfico. El portavoz del PP, Ernesto Anido y otros concejales de su grupo que se trasladaron hasta el punto trasladaron su apoyo al Ejecutivo, aunque pusieron en duda que se hubiesen adoptado las medidas precisas. El Concello asegura que el dispositivo de emergencias estuvo activo desde las cuatro de la madrugada.