Sven Schwebsch, como Man de Camelle, vino un día de Alemania a Galicia, se enamoró de su paisaje y se quedó. "Pero yo no soy tan artista, más bien organizador y divulgador de actividades en favor del medio ambiente", explica. Se lanzó a limpiar el chapapote del Prestige de la costa gallega en 2002, luego ayudó en la recuperación del Monte Pindo de Carnota (donde vive) tras el terrible incendio de 2013 y ahora se ha iniciado como artista con una curiosa escultura realizada a partir de la basura que trajo el mar a la playa de Muros, y que mostró en el castillo de Santa Cruz en Oleiros, dentro del Encontro Galego Arredor do Lixo Mariño e das Crebas en el que participaron varias entidades, coordinadas por Xosé Manuel Barros, cofundador de la ONG Mar de Fábula.

"Esta escultura de cuatro metros la hice a partir de una moto de niño que apareció en la playa, y se me ocurrió que colocando otras piezas de restos que llegan a las playas, serviría para mi trabajo como divulgador. Junto a un pequeño grupo, empezamos hace unos cuatro años a hacer limpiezas de playas, luego actividades con colegios e institutos de la zona en Costa da Morte. Hacemos excursiones y acampadas. Y esta pieza es un transformer. No tiene muy buen acabado, la hice básicamente para que impactase, no con intención artística, y a los niños les gusta, ya la pusimos en una obra en un colegio", cuenta Sven.

La pieza (que se montó en el jardín del castillo) es tan llamativa que ayer muchos no dejaron de hacerse fotografías con ella, de paso que acudían a la jornada en la que participaron, además de Sven, Isa García, artista del colectivo RetoqueRetro; Óscar García, fundador del colectivo Coge 3; Xosé Manuel Barros de Mar de Fábula; Francisco Fernández Naval, estudio de los restos de naufragios y escritor; y el director del Centro de Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida), Carlos Vales. El Ceida fue el lugar en el que la pasada semana se organizó la exposición Cos Pés na Terra, en la que se muestran piezas artísticas realizadas con restos de basura y naufragios de los que encuentran los integrantes de estos colectivos en sus limpiezas.

En la jornada de ayer se intercambiaron experiencias sobre la lucha contra la contaminación marina. Durante la charla en las instalaciones del Ceida se mostró una cesta llena de bastoncillos de las orejas, 16.327 que se recogieron en una limpieza en Costa da Morte, y que son unos de los objetos más contaminantes para el medio marino. La búsqueda de soluciones para que en este planeta no flote en el Pacífico una isla conformada por toneladas de bolsas de plástico (la famosa Isla de la Basura), es uno de los objetivos perseguidos. "Estamos llegando a un nivel de contaminación marina muy grave, cien millones de toneladas de basura", destacó este divulgador alemán durante el acto.

El uso de la basura como elemento artístico, además de una llamada de atención, ayuda a no repetir la cadena, que esos restos recogidos no sigan en las playas o los mares o que no regresen.

En la jornada, como acto simbólico, se entregó una botella con un mensaje. "Es un símbolo. Llegan montones de botellas a la playa, y lo vemos como que el mar quiere advertirnos, quiere que dejemos de contaminar y por eso lanza botellas, pero vacías. Nosotros les metemos trozos de basura dentro, interpretamos lo que quiere decir. También incluimos un pequeño vídeo. Ya entregamos algo similar a Bruselas", destaca Sven.