La parroquia de Morás tenía mejor transporte público hace treinta años que en la actualidad. El autobús urbano de A Coruña paró durante varios años en la pequeña localidad de Santa Icía, que está situada en el término municipal de Arteixo. Los vecinos realizaron varias protestas en 1986 para reclamar al Concello de A Coruña que prolongase la línea 23, que entonces tenía su última parada en el cementerio de Feáns, para que subiese hasta Santa Icía y diese servicio a este pequeño núcleo rural debido a que apenas hay un kilómetro de distancia. Lo lograron. El autobús urbano paró desde 1986 en este pequeño núcleo arteixán y dejó de hacerlo a principios del siglo XXI.

Una de las vecinas de Santa Icía que usó este autobús fue Carmen Román. Todavía hoy recuerda perfectamente los horarios en los que el autobús paraba en Santa Icía. "Había uno a las siete, otro a las nueve, a la una, a las tres y a las ocho", asegura. El autobús atravesaba buena parte del núcleo y daba la vuelta precisamente donde está en la actualidad la marquesina del bus. Allí recogía a los viajeros. Los vecinos pidieron que el 23 parara en Santa Icía debido a que apenas paraban buses de la línea interurbana que circulaba por la zona.

Román señala que el autobús tuvo bastantes usuarios al principio, pero que con el paso del tiempo disminuyeron. "Lo usábamos, pero éramos poca gente", indica. Santa Icía tiene en la actualidad 88 habitantes y en el 2000 la cifra era de 98.

Fueron los vecinos de Santa Icía los que reclamaron que la línea 23 llegase hasta la localidad. Carmen Román recuerda que los residentes se manifestaron durante varios días en 1986 para exigir al Concello de A Coruña que el autobús llegase a Santa Icía. Ella participó en la protesta. "Nos manifestamos delante del cementerio. La gente de aquí decía que si paraba delante del cementerio, ¿por qué no podía subir?", indica. Incluso un día los residentes llevaron su protesta al cruce de O Carneiro, a la entrada de Feáns si se viene desde Arteixo. La protesta surtió efecto y la línea 23 empezó a traspasar el límite municipal para llegar a este núcleo de Arteixo.

La línea tuvo bastantes usuarios en los primeros años, pero con el tiempo el número de viajeros descendió. "Algún trabajador y algún crío lo cogía. Empezó con más gente", relata otra vecina de Santa Icía, María del Carmen Mosquera. Pero no fue suficiente para que el servicio se mantuviese en el tiempo. El Concello coruñés suprimió la prolongación de la línea a finales de los años 90, pero los vecinos se reunieron con el entonces alcalde, Francisco Vázquez, y lograron que el autobús siguiese algún tiempo más. Finalmente Santa Icía perdió el servicio después de que el Concello vecino lo eliminase definitivamente.

La Asociación de Vecinos San Esteban de Morás destaca que la parroquia "tenía mejor transporte público" a nivel ferroviario y de autobuses "hace 40 años" que en la actualidad. También señala que el autobús de la línea 23 tenía "dos o tres usuarios" al día que lo utilizaban.