Hace casi un año, la calle Santiago Álvarez en Santa Cruz vio cerrar al tráfico uno de sus carriles por la ejecución de las obras del tanque de tormentas en medio del parque infantil. Meses después, concretamente el 17 de junio de 2017, se cerró ya totalmente la vía debido al inicio de las obras de ejecución de un edificio en la esquina con la calle Eduardo Blanco Amor. Aunque el Concello anunció que se cerraba Santiago Álvarez por la obra del tanque de tormentas, esta obra ya está prácticamente terminada y es la ejecución del edificio de 36 viviendas de la esquina lo que mantiene esta calle cegada, con el consiguiente perjuicio para los locales que se ubican en ella. En la obra de este edificio promovido por Promolots, que tiene los dos sótanos ahora en ejecución, acaban de instalar el cartel de la inmobiliaria que comercializa los pisos.

Una tienda de regalos, Coconut, echó la verja definitivamente dos meses después de que se cerrase uno de los carriles de Santiago Álvarez. En su lugar, esta semana abrió una lavandería de autoservicio 24 horas, que no requiere personal. A su lado se ubica Soledad Fuentes Estética, que señala que no ha notado tanto el impacto. "Se notó un poco la bajada de clientes, pero tampoco muchísimo porque nosotros trabajamos todo con cita. Al principio no estaba toda la calle cerrada y aún bueno, pero ahora ya nada. Y como está cortada, los coches aparcan encima de la acera, porque no hay sitio donde aparcar, y se monta un follón cuando llegan los residentes que quieren entrar en el garaje", destacan desde este local.

El tercer local que se sitúa en esta calle del entorno del parque Luis Seoane de Santa Cruz es Quercus, también de regalos de todo tipo. "La chapa que cerró toda la calle la pusieron exactamente el 17 de junio. Y ya julio y agosto se notó que bajó muchísimo la venta, pero las Navidades ya fueron terribles, facturé un 47% menos que la Navidad del año pasado, te lo digo con datos exactos porque hice las comparativas con varios años", destacó la responsable de Quercus.

"Hay gente que me ha llamado por teléfono: Oye, '¿cómo llego a la tienda?' porque ahora tienes que dar un gran rodeo para entrar", añade la encargada de la tienda, que confiesa que ha "llorado en el Ayuntamiento y presentado escritos", y logró que al menos el Concello instalase un cartel anunciando dónde quedaba su tienda, colgado en la valla de la obra, incluyendo un mapa, debido a la dificultad para encontrarla, pues en lugar de entrar directamente por la calle Blanco Amor hay que recorrer tres calles, andar unos 130 pasos.

"Yo aguanto porque el negocio es mío, porque sino... Entiendo que el tanque de tormentas es una obra para todos, pero el edificio es una obra particular, de un promotor, ¿por qué tiene que cerrar toda la calle?", se pregunta esta empresaria.

"¿Quercus, la tienda de regalos? cerró ya", dice una clienta de la peluquería Eccos a escasos metros. "No, no, sigue abierta, lo que pasa es que no se ve", replica la peluquera. Es la conversación que se produce tras preguntarle por el local.