La Guardia Civil ha denunciado a cinco propietarios de animales por incumplir la ley de bienestar animal en la comarca. Cuatro perros de dos propietarios se encontraban en malas condiciones en Cambre, uno fue abandonado tras vivir atado y sin la higiene y sanidad suficientes en Culleredo y canes peligrosos de dos propietarios se encontraban sueltos en Oza-Cesuras.

En el caso del perro que vivía en Culleredo, fue abandonado a las puertas de una protectora de animales. La entidad denunció que fue llevado hasta las puertas en un coche que le dejó allí y el animal intentó sin éxito seguir al vehículo. El dueño aseguró que lo abandonó porque lo tenía todo el día atado sin posibilidad de soltarlo un mínimo de tiempo, como ordena la ley. La Guardia Civil comprobó que había vivía permanentemente atado, en malas condiciones higiénico-sanitarias y que no poseía microchip ni pasaporte.

En la zona de A Patiña, en Cambre, el instituto tuvo conocimiento por medio de un testigo de que un perro de grandes dimensiones permanecía atado de forma permanente y en malas condiciones. Los agentes comprobaron que un pastor belga estaba atado con una cadena al suelo en una zona completamente embarradada, en la que disponía de un pequeño habitáculo para resguardarse. El propietario aseguró que tenía al animal en estas condiciones "porque tenía miedo de que se le escapara y ocasionara un mal mayor", relata el instituto armado. Tras comunicársele la normativa vigente, unos días después, los agentes comprobaron que la zona en que vivía el animal se había cercado, por lo que ya no permanecía atado, aunque tuvieron que advertir al dueño de que debía acondicionar un poco mejor la zona para que el perro tuviera mayor comodidad, seguridad y condiciones higiénico-sanitarias, además de mayor resguardo de las inclemencias meteorológicas.

También en Cambre, la misma patrulla observó en una finca agrícola unas perreras "muy rudimentarias" donde permanecían tres perros de caza atados con una cadena y rodeados de excrementos. Uno de ellos disponía de un viejo bidón metálico para resguardarse. Tras informar al propietario de la infracción, éste sacó a los perros de donde los tenía y cambió el bidón por una caseta.

En Oza-Cesuras, tras recibir aviso de una institución, el instituto armado comprobó la presencai de perros peligrosos sueltos. Se localizó e identificó a sus dos propietarios, quienes fueron denunciados por carecer de la pertinente licencia para estos animales, no tenerlos registrados en el ayuntamiento y carecer de medidas de seguridad.