El contacto con la naturaleza, el compañerismo, hacer ejercicio, aprender, enseñar, conectar con otras personas, pasarlo bien e incluso "volverse un poco salvaje". Éstas son las respuestas de los mayores de 60 años apuntados a las rutas de senderismo del Concello de Oleiros cuando se les pregunta qué es lo que les gusta de esta actividad incluida en el programa de Envellecemento Activo y que les hace repetir cada año.

Encontrarse con un gran lobo, ver un corzo o cruzarse con técnicos de la Xunta y periodistas porque a pocos metros de ellos se había avistado un oso, son algunas de las aventuras de los que participan en las rutas senderísticas en las que "además de hacer deporte tienen un aspecto educativo, ambiental, cultural y de empoderamiento de las personas", según destaca Élida Rodríguez, coordinadora del programa Ven e Descubre que incluye el plan de itinerarios senderísticos y el de excursiones. En total este programa oferta cada año alrededor de 2.500 plazas y la mayoría de participantes, el 70%, tienen de 65 a 80 años.

El programa de senderismo cumple 18 años, tiempo en el que se han diseñado 240 rutas por Oleiros y otras localidades de Galicia y también a Portugal. Son rutas de un solo día (que cuestan 7 euros) pero también hace poco comenzaron con otras de fin de semana, dos días (50 euros).

Algunos mayores llevan diez o quince años apuntados cada año a este programa y recientemente un grupo de ellos que se conocieron en estas caminatas, vecinos de Perillo, Maianca y Dorneda, se han agrupado por su cuenta y salen a caminar por su cuenta, fuera de las salidas que programa el Concello. Pero además hace años que asesoran al departamento de Servizos Sociais en el diseño de las rutas.

"Organizan quedadas y se van a andar por caminos y luego nos proponen rutas según lo que ven y que les parece interesante. Después el Concello las ajusta, no pueden ser muy largas ni de mucha dificultad", explica Élida. "Su aportación enriquece más la ruta con sus conocimientos y recuerdos", subraya el edil de Servizos Sociais, Ignacio Crespo.

Antonio Ramos, Juan Manuel Toja, Xavi Rodríguez, José Ramón Ramos, Alberto Vázquez y Pilar Rioboo, conforman la mayoría de miembros de este grupo autónomo de grandes aficionados a caminar y que guardan entre sí una gran armonía y amistad que les hace bromear entre ellos y reírse de forma envidiable.

Las rutas de senderismo del Concello se realizan de primavera a verano, de abril a septiembre, y con la ayuda de estos mayores se trataría de cubrir también el resto del año. En el día que hablamos con ellos están en las oficinas de Servizos Sociais, entorno a una mesa, con Élida y dos guías educadores, Manuel Freire y Elba Rodríguez (la tercera guía es Mírian Sánchez), analizando entre todos nuevas rutas y propuestas.

"Esto para nosotros es un regalo para el epílogo de nuestra vida. Uno se vuelve salvaje cuando va estas rutas, yo me siento en el suelo, no me lavo las manos, me mojo, a veces nos caemos... y no pasada nada. Exploramos por zonas cerradas de maleza, y además aprendemos la historia de esos caminos, los nombres de árboles y plantas que nos encontramos y que nos dice el guía", explica Pilar Rioboo.

En estas salidas los participantes aprenden la historia de los lugares y también las costumbres e incluso leyendas, además de hablar con los vecinos y compartir experiencias. "En la ruta por la Ribeira Sacra una señora nos invitó a comer, un hombre nos quería vender un pazo", apunta Alberto Vázquez, que vino enamorado de un itinerario nuevo en la Ribeira Sacra del que regresaron hace poco.

"En la ruta que hicimos por Maianca nos contaron la leyenda de la fuente de los milagros, que una niña que no hablaba la metieron de noche desnuda en el agua y al día siguiente le dieron ropa nueva y empezó a hablar. Nos lo contó la propia niña, ya mayor", relata Antonio Ramos.

"A mí me gusta más el programa de senderismo que el de excursiones porque en éste cada uno piensa de una manera, uno va por un lado y otro por otro... y en senderismo todos tenemos en común que nos gusta andar, somos un grupo más afín. Yo camino cada día entre ocho y diez kilómetros. Cuando tuve hace poco a un familiar en el Materno iba a verlo desde Bastiagueiro, andando con mis zuecos", cuenta Pilar Rioboo.

"Los guías nos mandan hacer calentamiento y estiramientos al empezar y al acabar las rutas", apunta Antonio Ramos. "Hay que preparar las articulaciones y músculos, tiene que ser un senderismo sano y seguro, dosificando velocidad, descansos, y también hidratación y también picoteo", subraya la coordinadora de Ven e Descubre. Y es que también se llevan fruta fresca o frutos secos para no perder energía en estas caminatas. "Y muchas veces nos imponen el silencio, nos dicen que escuchemos", indica José Ramón.

"Freire nos dice que hay que escuchar el grillo, el pájaro, el viento en los árboles, la lluvia, y si vas hablando todo el tiempo no te fijas", añade Pilar. "Yo en la ruta de la Ribeira Sacra hacía muchos años que no oía tanto grillo y tanto pájaro", añade Antonio, que además es el que se encarga de hacer las fotos y los vídeos de cada caminata.

"Ellos tienen muchas ganas de conocer y aprender y nos exigen mucho. Queremos gente que se organice porque envejecimiento activo es eso, estar activo, establecer redes de comunicación, que la gente conecte, fomentar la comunicación, crear relaciones fuertes y estables", dice Élida, que agrega: "Somos una gran familia".