Senderos en medio de un frondoso valle alrededor de varios regatos que eran usados para las caminatas de los vecinos. Prados prestados en los que pastaban un grupo de ponis de un vecino de la zona. Filas de plátanos centenarios que conformaban una arboleda cerrada sobre la carretera a Meirás y otros gigantescos delante de la entrada principal al pazo. Son solo algunos de los elementos y paisajes que ya solo quedarán en la memoria de los que los conocieron. Los desmontes y talas avanzan sin pausa en el entorno de Xaz para ejecutar el campo de golf de 18 hoyos y la macrourbanización de casi 700 viviendas. El viejo campo de fútbol de Dorneda ha sido uno de los últimos elementos caídos bajo las palas. También se han grandes desmontes para ejecutar los nuevos depósitos de agua, tras expropiar los terrenos a las religiosas.

Los primeros cálculos estimaban para el próximo septiembre el inicio de los trabajos de construcción del campo de golf para que esté listo para abrir al público en el año 2020. Las futuras viviendas, algunas muy próximas a uno de los mejores castros de Oleiros, se empezarían a ejecutar después. Según el proyecto inicial de esta urbanización, se iban a mover 143 millones de kilos en desmontes de tierra y 130 millones en rellenos (con tierra y también piedras) para allanar.

El promotor de toda esta urbanización, el empresario Manuel Jove, sí conserva gran parte del arbolado de ribera, en las márgenes de los cauces (zona protegida) de los varios riachuelos que atraviesan el sector.

Este desarrollo residencial-deportivo ha tardado (se inició hace casi treinta años, en 1991), pero ahora avanza sin pausa.