Son masas de color negro con un tacto parecido al de una esponja, que han aparecido entre las rocas y cantos rodados de la playa de Santa Cruz en Oleiros, en la zona donde desemboca el río. Muchos han confundido estos restos con chapapote pero según algunos expertos todo parece indicar que se trata de una turbera, también llamado bosque fósil, y podría tener unos 5.000 años. Uno de los primeros en advertir la presencia de esta posible turbera ha sido el naturalista y educador ambiental Manuel Freire, residente en la localidad de Santa Cruz.

Una turbera es una zona húmeda en la que se ha acumulado materia orgánica a lo largo de los años. Son ecosistemas que ayudan en la lucha contra el cambio climático porque acumulan mucho carbono; retienen metales pesados y otros elementos tóxicos y controlan la erosión al reducir la concentración de sedimentos. Además contribuyen a la biodiversidad porque existen especies vegetales que solo se desarrollan en estos ambientes.

"Parece que puede ser una turbera, mejor este nombre que bosque fósil porque una turbera es un sistema más amplio. En el bosque fósil puedes encontrar incluso árboles con raíces. Están apareciendo muchos restos de este tipo porque se están erosionando mucho las playas, sobre todo en la costa atlántica. Hace muchos años había una barrera de arena en la playa y detrás una laguna en la que se iba depositando materia orgánica, troncos, restos de animales. Con la subida del nivel del mar quedaron ocultos. Sucede en zonas donde hay agua dulce. Estos hallazgos se producen siempre en zonas de ensenadas", relata Ángela Alonso, sedimentóloga y experta en el período del Holoceno en Galicia y Asturias.

Alonso señala que se deberían tomar muestras de estos restos que han aparecido en la playa de Santa Cruz para datarlos con la prueba del carbono 14, que no tiene un coste demasiado elevado. Ella en principio considera que podrían tener al menos 5.000 años. Aparecen ahora por la fuerte erosión del mar, que descubre restos que existían bajo la arena y se aprecian en mareas muy bajas. Esta experta considera que si aflora en tierra, es visible y accesible, se podría conservar.

En el caso de la playa de Arealonga en Foz se descubrió hace unos años unas turberas notables que se dataron de hace unos 80.000 años, las más antiguas de Galicia, compuestas de restos vegetales que se fueron depositando en capas, mezclados con sedimentos de arena y roca.

Según los expertos en esta playa de Arealonga hubo un bosque hace años. Esta misma semana la Dirección Xeral de Conservación da Natureza de la Xunta prohibió instalar una estructura de bajada a esta playa como se hacía cada verano para no dañar la turbera. Sin embargo, proteger una turbera es difícil porque los temporales las suelen destruir. En Santa Cruz los camiones de la limpieza de las playas pasan por encima de estos restos que podrían tener miles de años.