La decisión del alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, de contratar a una empresa privada para realizar una nueva auditoría de las cuentas de 2017 del Consorcio As Mariñas generó críticas generalizadas del resto de alcaldes presentes en este organismo, que lamentaron las formas utilizadas y el método, un contrato sin publicidad y después de que la contabilidad fuese auditada por empleados públicos, por habilitados nacionales. Tras estas manifestaciones de malestar ayer García Seoane replicó que no era por nada "electoral" lo de realizar la auditoría, sino porque tenía que hacerlo por ley.

El regidor se preguntó por qué sus homólogos de la comarca sentían "pánico" porque se hiciese una auditoría. Agregó que aunque ya la hubiesen hecho el secretario e interventor del Consorcio no había problema en hacer otra. También criticó la "salida de tono" de algún alcalde, incluso apuntó que algunos debían "lavarse la boca al hablar de Oleiros" y que se aplicasen sus propios consejos.

Se refirió también al regidor de Carral, José Luis Fernández Mouriño, quien dijo que se le veía "el plumacho" a Seoane. Le recordó que tiene contratadas a tres empresas a dedo y el plan general parado "con 600 alegaciones sin resolver, no sea que no le voten".