A la cafetería El Náutico se le agotan las prórrogas. Este edificio, que ha logrado sortear durante casi dos décadas una sentencia firme de derribo, podría tener los días contados. El alcalde de Sada, Benito Portela, propondrá en la comisión informativa previa al pleno habilitar una partida de 206.198 euros para proceder a la demolición de este inmueble construido en 1988, durante el mandato de Ramón Rodríguez Ares.

La última palabra sobre el futuro de El Náutico la tendrá la Corporación local. El partido que ostenta la Alcaldía, Sadamaioría, es el único que ha avanzado el sentido de su voto. Sus socios en el gobierno, PSOE y BNG, todavía no se han pronunciado, aunque todo apunta a que su pronunciamiento será favorable dado que siempre se mostraron críticos con las irregularidades perpetradas para su ejecución.

El PP ha mantenido una postura ambivalente. El exalcalde Ernesto Anido pagó 37.000 euros sobre la campana del anterior mandato para rescatar la concesión y abogó entonces por recuperar este "baluarte" en horas bajas. El exregidor y portavoz del PP cambió de parecer durante esta legislatura y en un vídeo que colgó en redes sociales en 2017 instó al alcalde a "agarrar el toro por los cuernos" y cumplir la orden de demolición de este símbolo de la "decadente política urbanística de Sada".

El voto del PDSP tiene especial carga simbólica. Su presidente, Ramón Rodríguez Ares, impulsor y acérrimo defensor del edificio tuvo que abandonar a la fuerza el Ayuntamiento en 2012 tras ser inhabilitado seis meses por desoír las órdenes de demolición. Rodríguez Ares deberá decidir ahora entre ratificarse en su negativa a cumplir la sentencia firme de derribo o dar vía libre a a la entrada de la piqueta.

El alcalde de Sada incidió ayer en que el plan general ya no permite la legalización parcial del edificación. "No queda otra que la demolición del Náutico. Por ejecución de sentencia, por obligación legal, por imposibilidad de legalización y por encima de todo, por justicia", recalcó el regidor, que aboga por no demorar más el derribo de un edificio que ni se ajusta al plan general, ni cumple con la servidumbre de costas, "ni se integra debidamente en el espacio libre del paseo marítimo".