Martín Ferreiro Álvarez, Alfredo Suárez Ferrín, Benito Gómez N., Manuel Vidal Pardo, José Novo Rodríguez, Bernardo Miño Abelenda, Tomás López Datorre, Luciano Costa García, José Pérez Fereño, José Mosquera Rivas, Jacobo Caramelo Alonso, Obdulio López Acea, José Tenreiro López, Antonio Fernández Pita, Manuel Varela González y Antonio Iglesias Corral fueron los 16 cargos electos de A Coruña y su comarca asesinados o ejecutados tras el golpe militar de 1936.

Son 16 de los 334 nombres de esa generación perdida de concejales, alcaldes represaliados que la Diputación aspira a rescatar del olvido con su impulso al trabajo del grupo de investigación Hispona-USC, coordinado por el profesor Emilio Grandío. El libro Xeración perdida. Representatividade institucional republicana e represión na provincia da Coruña, fruto de dos años de investigaciones, fue presentado ayer en la casa provincial en un acto que contó con la presencia de representantes municipales, colectivos de la memoria histórica y familiares de las víctimas del franquismo.

Este trabajo pone nombre a 75 represaliados en la comarca de A Coruña de un total de 334 cargos electos de la provincia. De ellos, 88 ediles fueron asesinados; 78, encarcelados, 34, exiliados; 12, huidos; 86, sancionados y 36, procesados. La trayectoria y final de muchos de ellos sale a la luz ahora gracias al trabajo de los historiadores Emilio Grandío, Alfonso Iglesias, Rosalía Regueiro, Manuel Pérez y Eliseo Fernández. "Había ayuntamientos que desconocían que concejales de su municipio hubiesen sido represaliados", destacó ayer la vicepresidenta de la Diputación, Goretti Sanmartín (BNG), que invitó a los concellos a utilizar la información del proyecto Xeración Perdida para "homenajear a las corporaciones democráticas silenciadas".

"Hubo un intento de que no conociésemos el nombre de estas personas, que no quedara rastro de ellas, acabar en el enemigo para que no permaneciese en la memoria", destacó Sanmartín, que incidió en que la represión "por defender a través de cargos públicos los ideales de democracia y libertad" fue mucho más allá de estos 334 nombres, ya que también se vieron afectados sus familiares y allegados.

El director del equipo de investigación, Emilio Grandío, incidió en la misma idea. "La mancha de pertenecer a una corporación democrática quedó para siempre, no solo para esos 334 represaliados, sino también para la totalidad de los concejales y concejalas de las corporaciones. "Los convirtieron en estigmatizados, los apartaron de la sociedad. La huella es muchísimo más grande".

"Ochenta y dos años después abrimos el silencio", celebró este historiador, que destacó que el principal objetivo del proyecto Xeración Perdida es que "aquello que fue pasado se historice de una vez" para cerrar heridas que llevan ochenta y dos años abiertas".

El proyecto Xeración Perdida está disponible en libro y en una página web que incluye una base de datos de las personas represaliadas y una galería fotográfica. Los responsables del proyecto se pusieron a disposición de los concellos para participar en todas aquellas actividades que tengan por objetivo la recuperación de la memoria histórica de las corporaciones y destacaron que el trabajo "pertenece a las familias que padecieron el terror" y debe tener "un retorno social". El acto contó con la presencia de Jorge Linheira, del bisnieto de un represaliado de Boimorto, Isidro Filloi, que destacó la importancia de recuperar la memoria de los represaliados.

El presidente de la Diputación, Valentín González Formoso (PSOE) destacó al comienzo del acto la "apuesta" de la Diputación por dotar de recursos a las generaciones futuras para "analizar el pasado y entender las razones de esas personas que dieron su vida por luchar por la libertad y la democracia". El Gobierno provincial aprovechó para reivindicar de nuevo medidas para recuperar para el patrimonio público el pazo de Meirás.