El Náutico obtuvo ayer una nueva moratoria en un pleno que dejó en evidencia las discrepancias en el seno del tripartito de Sada y que arrojó más de una paradoja. Como el hecho de que las tres fuerzas progresistas intercambiasen pullas y reproches mientras que el artífice de esta cafetería ilegal, Ramón Rodríguez Ares, presenciaba el debate como un convidado de piedra, sin intervenir en ningún momento ni ser interpelado a hacerlo.

El BNG logró el apoyo del PSOE y del PP a su petición de dejar sobre la mesa para mejor estudio la propuesta de sus socios de Sadamaioría de habilitar una partida de 206.000 euros para proceder al derribo total de esta céntrica cafetería del paseo marítimo, que lleva diez años cerrada y sobre la que pende una orden de derribo desde 1999. Solo el PDSP apoyó la propuesta de Sadamaioría de reducir ya El Náutico a escombros.

El grupo que ostenta la Alcaldía insistió en que la demolición total es la única vía posible con el planeamiento en vigor, que incluye el ámbito en un sistema general de zonas libres donde no se permiten edificaciones más allá de aseos públicos, quioscos o terraza-bar de nueva construcción. "Venía bien clarito. ¿No se leen las cosas que se traen a pleno", ironizó el concejal de Urbanismo, Francisco Montouto, que instó a sus socios y al PP a "dejar de intoxicar". El edil defendió la necesidad de "recuperar un espacio degradado" en un entorno "privilegiado" y recordó que la ley no permite modificar el plan general para esquivar una sentencia. "Hay que demoler, el resto son ocurrencias y urgencias electorales", zanjó.

Su socia del BNG, Isabel Reimúndez, dejó claro que no comparte sus premisas. La nacionalista acusó a Sadamaioría de tomar la decisión de forma "unilateral". "El Náutico no se tira por una sentencia, se tira por una decisión política", replicó la edil, que apeló a un informe de Secretaría de 2010 contrario al derribo total de la cafetería al entender que se trataba de una "medida extrema" que requería la "absoluta divergencia de lo construido y la realidad". Reimúndez recalcó que El Náutico es ahora un edificio "100% público" y reclamó que el asunto quedase sobre la mesa a expensas de informes que aclaren si es posible o no la legalización parcial para uso de la ciudadanía.

El BNG criticó a sus socios por requerir un informe externo al letrado municipal y no esperar al del secretario (de baja). Pese a sus reiteradas llamadas al consenso, Reimúndez no ahorró reproches hacia sus socios, a los que acusó de modificar el PGOM para eliminar la posibilidad de equipamientos deportivos, culturales o sociales y permitir solo "un vater, un quiosco o un bar". "No nos fue comunicada esa modificación", lamentó la edil, que asumió la "contradicción" de votar a favor del plan general. "Se nos ocultó el cambio. Me duele en el corazón pensar que Sadamaioría maquinó para la demolición total", criticó la concejala, que pidió "cordura" y sostuvo que el histórico Manolo Crisanto, el concejal ya fallecido que puso la denuncia en 1989, nunca quiso la demolición total.

El PSOE, en la misma línea, pidió informes que aclaren si el derribo tenía que ser total y si debía ejecutarse en este mandato. "No concebimos tirar un edificio público para hacer más jardín", argumentó María Pardo, que acusó a sus socios de ocultar información sobre el PXOM. "Entendemos que fue un error, porque no concebimos una deslealtad así en un socio de gobierno", advirtió la edil, que se aferró también al informe de 2010 de Secretaría contrario al derribo total.

El PP calificó de "disparate" la propuesta a pesar de que su portavoz, Ernesto Anido, reclamaba en 2017 al alcalde que ejecutase el derribo. El exregidor acusó a Sadamaioría de traer la propuesta "tarde, mal y arrastro" y con el expediente incompleto. "Este edificio nunca se debió hacer, pero algo se podrá aprovechar, no habrá que tirar con todo", defendió Anido, que propuso en una moción posterior para la que no tuvo apoyos dedicar a almacén los sótanos. "Se está iniciando su derribo, alcalde. Cada vez está más cerca por juntarse con Ramón Rodríguez Ares y Emilio Gómez, todo lo que tocan lo pudren", concluyó su intervención Anido.

El PDSP se ciñó en su turno a atacar al PP por pagar 37.000 euros por rescatar esta cafetería y avanzó que denunciará en los juzgados a Anido por dejarles un "pufo" de 400.000 euros.

Sadamaioría reprochó a sus socios que se escuden en un informe de secretaría anterior al PXOM y el alcalde, Benito Portela, cerró al debate con un homenaje a Manolo Crisanto, cuyo hijo, Antón Sánchez, presenció el debate, y cuyo lema de campaña lucía Miguel Tenreiro, de Sadamaioría, en su camiseta. "Siempre quiso que fuese un espacio libre para disfrute de todos los sadenses", incidió Portela, que cargó contra sus socios y el PP. "Quieren que El Náutico siga en pie. Las sentencias no se consensúan, se ejecutan o no", concluyó.