La Xunta mantuvo durante más de una década que el polígono de Morás era "el más grande de Galicia", aunque no añadía que no tenía ningún inquilino. Y es que se cumplirán 18 años en 2019 desde que se firmara el acuerdo que daba arranque a este parque empresarial que venía a paliar la supuesta falta de suelo del municipio y que acabó siendo un barrizal vacío. Ahora, que Estrella Galicia explora para continuar con su expansión empresarial futura la compra de la mitad de la superficie, el polígono podría revivir en todos los sentidos.

Acuerdo. Era alcalde el popular Manuel Pose cuando se firmó el convenio para construir el polígono entre el Concello y el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS). Ya en aquel momento, desde la Xunta se enorgullecían de que sería "el parque empresarial más grande de Galicia" y calculaban que en dos años estaría completado. Comenzaba justo después de la rúbrica la primera polémica, la de las cláusulas del acuerdo entre ambas administraciones, que la oposición calificaba de "abusivas" por estar obligado el Ayuntamiento a proveer la zona de abastecimiento y saneamiento, financiar el 50% de los servicios y pagar el 10% de las obras de urbanización para poder obtener el 10% de aprovechamiento urbanístico. También se oyeron voces contrarias a que se ocupara el 1,5 millones de metros cuadrados que, decían, estaban calificados como de protección forestal.

Venta de suelo. Las expropiaciones fueron otra de las complicaciones que tuvo el proceso de puesta en marcha de Morás con la denuncia de intentos de especulación. Propietarios de suelo afirmaban que había ofertas superiores a lo establecido por la Xunta, de 11 euros por metro cuadrado. Xestur tuvo que admitir finalmente que hasta el 80% de los terrenos habían sido comprados por empresarios que después intentaron cambiarlos por otros que pudieran vender libremente y defendieron que no se permitió la transacción. En 2015 la situación seguía siendo desoladora: no se había vendido ni una sola parcela. Y eso que el Gobierno gallego intentó que su proyecto saliera adelante con grandes descuentos en el precio del suelo. No fue hasta septiembre de 2017 que se adjudicó la primera parcela industrial. Casualmente fue la empresa del exregidor que había firmado el convenio, Aluman, la que se había hecho con el suelo en Morás. La instalación del grupo, formado por 15 compañías distintas, tenía, según la Xunta, "un importante interés general y estratégico para Galicia" y destacaba que implantaría "importantes mejoras tecnológicas" en sus nuevas instalaciones. El acuerdo preveía el pago de un canon anual hasta que, en diez años, Aluman tuviera la posibilidad de adquirir el suelo adjudicado. En ese momento, añadía Xestur, se le descontaría el 40% del precio de venta de las cantidades pagadas por el alquiler.

Urbanización. Tras la firma del convenio en 2001, no fue hasta 2008 cuando el Gobierno autonómico adjudicó las obras de urbanización del parque empresarial. Fue a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Puentes y Calzadas y Daviña y el precio alcanzó los 32 millones de euros, muy por debajo de los 52,2 millones del precio base que contenía el concurso público. El plazo para rematar las obras sobre el inmenso terreno era de 18 meses, pero en 2014 aún no habían concluido. Y es que la rebaja de 20 millones de euros acabó pasando factura y la concesionaria, tras varias paralizaciones de los trabajos, consiguió embolsarse un sobrecoste de seis millones de euros. Ante tal desenlace, la Xunta admitió que el proyecto de urbanización se había contratado por baja temeraria. Y no quedó ahí la dificultad de acabar el desarrollo del polígono, que en 2016, 15 después del convenio, aún recibió inversiones autonómicas para completarse. Fueron 1,1 millones los presupuestados en las cuentas de la Xunta de aquel año y, hace poco más de un año, Xestur añadía 3,1 millones de inversión. Por un parte, aún se preveía la explanación de más de 100.00 metros cuadrados de polígono que, al requerir de voladuras, se hacía necesario hacerlo antes de la instalación de empresas, explicaba el Gobierno gallego. Por otra, se preveía la construcción de un vial de acceso, llamado Eixo 0, que permitirían el paso a las obras de urbanización interior del polígono y a la subestación eléctrica que dará servicio a todas las naves. A día de hoy en el polígono aún trabajan los operarios para concluir el proyecto anunciado en 2001 como el "más grande de Galicia".

Venta de suelo. En las últimas horas se ha conocido que Estrella Galicia explora, para continuar con su expansión empresarial futura, la compra de la mitad de la superficie industrial disponible en este polígono. La operación, que se estudia desde hace varios meses, supondría, en caso de finalizarse, garantizar a largo plazo el crecimiento de la compañía y asegurarse su estancia en la comarca de A Coruña. Según ha trascendido, la empresa cervecera mantiene conversaciones tanto con el Gobierno local de Arteixo y como con la Ejecutivo autonómico y el estudio está ya en fase previa al cierre de la operación. En la actualidad, Estrella Galicia está ampliando su planta de fabricación de A Grela en terrenos cercanos, en unas obras que suponen una inversión de más de 150 millones de euros.

El desarrollo del llamado a ser el polígono más grande de Galicia no ha estado exento de dificultades. El proceso comenzó en 2001 y no ha acabado. Es más, ni las obras de urbanización están listas ni ninguna empresa trabaja en la zona después de 18 años de la firma del convenio entre el Concello de Arteixo y la Xunta. La compra del suelo, la licitación de los trabajos o la ausencia de interesados en los terrenos fueron algunos de los capítulos de la historia. Ahora, el interés de Estrella Galicia en comprar la mitad de la superficie industrial del parque empresarial abre la esperanza de movimiento en la zona