El lunes pasado era un edificio de los años setenta de abundantes medianeras de color naranja y ayer amaneció convertido en una obra de arte de unos veinte metros de altura que permite al municipio de Sada estrenarse en el arte urbano a lo grande, con un retrato del diseñador, pintor, editor y escritor Isaac Díaz Pardo en un cruce de media docena de calles en el barrio de Cantalarrana. Esta obra de arte de impacto la ha ejecutado en cinco días, por encargo del Concello sadense, la artista de Baiona Lula Goce, que en unos días se marcha a Nueva York a realizar uno de los dos encargos que le han hecho de nuevo desde Estados Unidos.

"Este tipo de actuaciones embellecen los espacios pero también generan amor al lugar donde vives, a tu barrio", explicó Lula Goce, que admite que ha quedado "muy satisfecha" con el resultado del trabajo realizado por el personaje que ha pintado, Díaz Pardo, y porque era todo un reto: tenía que trabajar sobre una grúa y con arnés sobre un edificio de cinco plantas que tiene hasta once caras, quiebros de distinta longitud y paredes con ventanales. Al final esta dificultad le ha supuesto un valor añadido: según dónde te sitúes ves de forma distinta a Isaac, e incluso se va moviendo.

"Ha sido difícil moverse con la grúa por toda la fachada, desplazarse entre los ventanales, las farolas...pero ha merecido la pena", afirma Goce, que ha dejado a Díaz Pardo con la mirada dirigida hacia el complejo de Cerámicas O Castro que fundó junto a Luis Seoane, y a escasos metros del instituto y la avenida que llevan su nombre.

"Es una apuesta por la regeneración y la dignificación de determinadas zonas urbanas de Sada" y también un "apoyo a la creatividad urbana", según destacó el concejal de Urbanismo Francisco Montouto. El alcalde, Benito Portela, subrayó el "ejemplo, trabajo y entrega" de Díaz Pardo, que sirven de "guía en cada paso".

Los vecinos de la zona y de toda Sada han acudido en distintos días desde el pasado lunes 1 hasta el viernes 5, a ver el trabajo de Goce (que contó dos días con un ayudante para poder adelantar trabajo ante el mal tiempo de finales de semana) a contemplar cómo evolucionaba el trabajo de esta artista, desde el primer dibujo esquemático en negro a los trazos en marrón y después el relleno con colores, realizado de forma que otorga una sorprendente profundidad al dibujo, una cualidad de viveza y realismo.

"Lo dibujé el lunes, luego le dí sombras, con escalas casi como una aguada y después hice el encaje con los colores, entre ellos el azul Sargadelos", explicó Lula. Alrededor de Díaz Pardo, en cien metros cuadrados de fachadas, aletean los colores rojo y azul más emblemáticos de Sargadelos y algunas de sus figuras más conocidas.

"Hubo gente que vino todos los días a ver cómo iba el dibujo, una señora me trajo café todos los días y el ´último ya me invitó a su casa. A los vecinos les encanta, han venido muchos que trabajaron con Isaac Díaz Pardo o lo conocían y están sorprendidos y emocionados, a muchos les ha tocado la vena sentimental", agregó esta artista que también ha dejado huella de su talento en lugares como Hannover y, más cerca, en Vigo y en Carballo, municipio que apostó hace años por embellecer las medianeras y que creó tendencia.