Sandía, Melón, Papaya, Pomelo, Melocotón y Kaki fueron abandonados hace unos días en el interior una maleta en un camino de Culleredo. Estos seis cachorros han encontrado cobijo en las instalaciones de la protectora Apadan, un refugio desbordado por el incremento de los abandonos. "Tenemos más de cien perros adultos, y si antes estábamos completos, ahora estamos sobresaturados, es para llorar", afirma María Díaz, una de las responsables del refugio.

Apadan relata que solo en el último año tuvieron que hacerse cargo de 82 cachorros abandonados. Las crías, inciden, suponen un coste elevado para un refugio gestionado por una organización sin ánimo de lucro que tiene que atender ya a un elevado número de perros adultos para los que cuesta ,y mucho, encontrar hogar. El pienso es más caro y también el gasto en vacunaciones y desparasitaciones, explican sus responsables.

Los nuevos cachorros llegaron al refugio justo cuando Apadan había logrado dar en adopción al último de los 17 pequeños abandonados. Solo en una semana llegaron 20 crías nuevas que atender, dos de ellas con sus madres y los últimos siete, rescatados del interior de una maleta. La situación ha colmado la paciencia de los responsables de la protectora. "Estamos muy hartos. Nadie con posibilidad de hacer algo se está tomando en serio este problema. No se quieren dar cuenta de la enorme, y a veces hasta insoportable labor que desempeñamos las protectoras de animales", lamentaban la pasada semana en redes sociales.

Esta y otras protectoras de la comarca alertan desde hace meses de la sobresaturación de sus instalaciones por el incremento de animales abandonados. La ley de bienestar animal también ha supuesto un aumento de los casos que Apadan vinculaba hace unos meses al "miedo" de los propietarios a las sanciones y lamentaba la falta de escrúpulos que les impele a dejarlos a las puertas de un refugio o a abandonarlos directamente en un arcén en lugar de realizar los trabajos precisos para dotar a las mascotas de un entorno y unos cuidados dignos.

Colectivos animalistas como Libera se han sumado a las quejas y han reclamado a la Xunta reiteradamente que dote de más fondos a la nueva ley. Concellos de la comarca y Diputación también han exigido más ayudas para garantizar el sacrificio cero en perreras.