Está a punto de estallar un enfrentamiento entre ciclistas y peatones en el paseo marítimo de Perillo, entre Santa Cristina y más allá de Beiramar, bordeando la ría de O Burgo. Todo iba bien hasta que hace unos "quince o veinte días" el Concello de Oleiros pintó el carril bici en la zona de cemento y dejó el paseo de madera para los peatones. El carril bici ya existía pero no estaba pintado. "Desde que lo pintaron, con carril de ida y de vuelta y el dibujo de la bicicleta en el suelo, los ciclistas te gritan que te apartes porque solo es para ellos. Y nadie usa el paseo peatonal porque es de madera y no hay una tabla que no abale, esté rota, levantada o hundida", explica María Ventura, vecina de la zona que usa este paseo varias veces al día.

"Las maderas están todas asquerosas, no se puede pasar con la silla de ruedas y vamos siempre por el carril bici que es de cemento", explica Gabino, cuidador de un hombre con discapacidad. Corredores, paseadores de perros, personas con muletas, sillas de rueda o carritos, patinetes, todos usan el carril bici, y entran en conflicto con los ciclistas que les gritan para que se aparten. "Pero es que en el carril bici es donde da la sombra y donde están los bancos para sentarse", cuenta Guadalupe López, sentada junto a la mujer mayor a la que cuida. "Un día paseando con mi esposo él pisó una tabla, se levantó y yo, al lado, tropecé y casi caigo", añade Guadalupe.

Éste es el principal problema del paseo de madera. No es accesible y además es peligroso para los mayores y personas con problemas de movilidad, y en un país cada vez más envejecido y dependiente, se hace imprescindible repensar estos paseos. Solo hay que recorrerlos. Prácticamente todas las tablas se mueven. El Concello las repone en cuanto avisan los vecinos, de hecho acaba de reponer varias tablas, pero el problema vuelve. Los paseos de madera no tienen impacto ambiental ni estético, pero su mantenimiento ha de ser continuo y resulta caro.

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Peatones y ciclistas 'chocan' en Perillo

"Antes de que pintaran nos tolerábamos más bicis y peatones. A mí el otro día un ciclista me paró en la pierna, y protestando porque iba por su carril", afirma Isabel. "Te llaman de todo", apoya Pilar Martínez. "Queremos un carril como el de O Burgo, de cemento o baldosa por el borde de la ría, luego zona verde separando, y después la vía para ciclistas", destaca otro vecino de la zona, César. "Yo no me expongo a ir por este paseo y romper la cadera. En invierno la madera está llena de escarcha y ya es imposible ir, te matas, tienes que ir sí o sí por el carril bici", añade María. "Hace dos días una chica cayó en plancha, como un avión, al tropezar", cuenta César a María. "Aquí vamos a terminar a puñetazos", apunta otra residente, Raquel. Este paseo es muy utilizado no solo para pasear sino como acceso a las viviendas. Nadie quiere usar la pasarela sobre la N-VI.