Las Administraciones públicas están para ayudar a los ciudadanos excepto en el monte Costa de Culleredo donde solo les han generado problemas, pérdidas de tiempo y dinero e impotencia a los propietarios. Por culpa de la actuación de los Gobiernos provincial y local tienen sus fincas sepultadas bajo quince metros de todo tipo de residuos, tierra y escombro. El actual Ejecutivo de la Diputación tramitó una solución de esta situación heredada del anterior mandato mediante un expediente de indemnización a los propietarios de doce fincas. Varios presentaron alegaciones por las valoraciones, que fueron desestimadas el pasado mes de junio. El ente provincial valoró en 47.213 euros la afección a todas las parcelas y el pasado mes de septiembre ya abonó las indemnizaciones por cinco terrenos mientras otros seis expedientes están en tramitación y pendientes de abono (a falta de trámites o documentación).

La Diputación señaló que solo tiene pendiente de resolver el expediente por la finca de mayor superficie, ella sola supone ya casi la mitad de todos los terrenos al tener 3.579 metros cuadrados afectados. Afirmó que envió este expediente al Consello Consultivo de Galicia, para que valide o no la valoración realizada por la ocupación de esta finca, por un importe de 22.440 euros.

Toda la rocambolesca historia de este monte comienza cuando hace años el Concello de Culleredo autorizó a una empresa a realizar vertidos en unos terrenos cerca del aeropuerto aunque la Diputación le había cedido dichos terrenos para uso deportivo. Se vertieron escombro de obra, plaquetas, neumáticos, tierra. Al realizarse las obras de ampliación de la pista de Alvedro la Diputación autorizó al Ayuntamiento a desmontar todo el vertedero de escombro que existía para ayudar a Fomento a construir la pista rellenando con este material. Las palas entraron en las fincas, excavaron, removieron tierras, levantaron marcos, en unas zonas quedó una altura de hasta quince metros de escombro y en otras, varios metros de fondo excavados, como cráteres. Tiraron la tierra y se llevaron las piedras y por encima vallaron todo sin dejar entrar a los propietarios. Ocuparon y dañaron sus tierras sin un expediente de expropiación, sin pedirles permiso, pasando de ellos.

El propietario de una de las fincas afectadas confirmó ayer que no ha cobrado nada aún y la dueña de la finca de mayor superficie aseguró desconocer que se había enviado su expediente al Consultivo. "No sabía nada, solo sé que no me han pagado. Nos dijeron que teníamos un litigio con otro propietario por las lindes y que mientras no pagaban. Pero no hay litigio, lo que pasa es que se taparon los marcos y a todos nos reconocieron menos superficie de la que teníamos", señala la propietaria afectada.

La Diputación realizó un deslinde de los terrenos para determinar la superficie de cada uno y la valoración. Los propietarios estaban disconformes pero el catastro validó las mediciones del ente provincial.

"Aparte de lo que es la indemnización por lo ocurrido, está el hecho de que mi finca queda como estaba, inservible. Si se produce un derrumbe la responsabilidad es mía, si ordenan limpiar la maleza por la normativa, tengo que hacerlo cuando es absolutamente imposible, allí no vas ni con máquinas con los desniveles y hoyos. Es como si no tuviera finca pero si pasa algo malo, sí que la tengo", agregó esta propietaria. "Al aumentar la altura en quince metros ahora sí que hay afección de vuelo por las servidumbres y Aena puede decirnos algo", destacó otro propietario. Uno de estos afectados afirmó que está por llamar al programa de televisión Salvados, "que sacaba muchos de estos despropósitos". Quieren que les dejen sus tierras como estaban antes, al principio.

Algunos de los afectados presentaron un escrito ante el Concello de Culleredo y ante la Diputación hace un año solicitando planos topográficos, datos sobre la regeneración ambiental de esta zona que se exigía en la declaración de impacto y que no se ha hecho, además de pedir certificaciones sobre todas las medidas que tomaron en relación a este asunto, sin recibir ninguna respuesta según aseguraron.