Los vecinos y vecinas de Betanzos se despidieron ayer del Carnaval con el entierro de la Sardina y la quema del Momo. La comitiva fúnebre partió del edificio Liceo y llegó al paseo del Malecón. El Momo, que este año era una reproducción de la figura del número ocho, en referencia al octavo centenario de la ciudad, fue elaborado en madera por personal de los servicios municipales de carpintería y forja y se quemó en la plaza García Hermanos. Los artistas le colocaron la inscripción, Betanzos de hoxe en 100 anos, con el deseo de que la tradición de salir a la calle, de disfrazarse, de reírse y disfrutar en Carnaval no se acabe nunca en la ciudad.