A Jorge Santiago, usuario de Aspace, el confinamiento se le está haciendo "muy largo". Este joven de 29 años con parálisis cerebral aguarda con impaciencia la reapertura del centro de día para reencontrarse con sus compañeros y monitores. "He podido mantener el contacto a través de las redes sociales, pero no es lo mismo. Los echo de menos, el confinamiento nos ha hecho perder el contacto diario, las charlas... Las tecnologías son un apoyo importante, pero no es lo mismo que el contacto cara a cara", explica este joven, que afirma sentirse "cabreado" por la decisión de la Xunta, ahora rectificada en parte, de posponer la apertura hasta septiembre. "Yo he tenido la oportunidad de hacer Bachillerato y Selectividad, de salir, viajar, pero tengo compañeros que no conocen otro contexto que su casa y el centro de día", apunta. Para ellos, dice, es fundamental volver a sus rutinas. "El centro lleva dos meses preparando todo para que ahora nos digan que no pueden abrir, te puedes imaginar la indignación...", apunta.

Jorge es consciente de que se trata de una situación excepcional, pero pide más sensibilidad a la Administración: "Sabemos el contexto de crisis que estamos viviendo, pero tienen que tener en cuenta el esfuerzo de todas las entidades para prepararse para esta situación".

Su padre, Pepe, se manifiesta en la misma línea. "En Aspace han trabajado mucho para hacer protocolos de seguridad y no tuvieron ningún caso de Covid", apunta y añade: "Evidentemente, hay que asumir ciertos riesgos, pero nos fiamos de la capacidad de los profesionales de Aspace, como nos fiamos de los empleados de supermercados, de bares...", incide. Pepe apela a la importancia que tiene la rutina para su hijo y otros usuarios. "Necesitan una normalidad. Entendemos que hay personas vulnerables y que hay que extremar las precauciones, pero no aislarlos", apunta. Él, dice, está jubilado y no tiene los problemas de conciliación que sufren otras familias del centro, que han vuelto ya a sus trabajos. "También hay padres muy mayores que no pueden atender todas las necesidades de sus hijos, que necesitan atención continua. No todas las familias pueden permitirse contratar un servicio de asistencia que es muy gravoso", señala.