Propietarios de atracciones o puestos de ferias advierten de que este año, con la cancelación de fiestas populares y sin concretarse cuándo podrán volver al trabajar, "van a ser 18 meses sin ingresos, y eso no hay familia ni empresa que lo aguante", dado que son "temporeros" que, en muchos casos, recaudan entre mayo y septiembre o octubre para todo el año, explican Juan Balsa, propietario de coches de choque, y Rosana Costids, dueña junto a su familia de varias atracciones, ambos vecinos de Sada. Denuncian el "olvido" de su sector, "muy poco conocido", y advierten además de que muchos feriantes que solo se dan de alta en los meses que trabajan se encuentran ahora sin ayudas a autónomos y sin poder ingresar, señala Costids. El sector pide poder trabajar con medidas de seguridad e higiene o restricción de aforo o, en su defecto, que se habiliten ayudas.

Los feriantes recuerdan que los parques de atracciones sí pueden reabrir y lamentan que no se haya previsto una fecha ni un protocolo concreto para ellos en la desescalada. "Queremos trabajar. Estamos dispuestos a poner gel hidroalcohólico a la entrada, o a dar guantes o mascarillas si hace falta", asegura Rosana Costids. Balsa propone también que se limiten los aforos de cada negocio. "No es lógico que no nos dejen trabajar si ya abren bares de 30 metros cuadrados y van a abrir discotecas. Habría que buscar una solución con condiciones específicas", defiende Balsa. Apunta que, si les dejasen trabajar recortando las atracciones, se presentaría otro problema: "¿Qué hacemos? ¿Quién va y quién no? ¿Tu hijo come y el mío no?". Apunta que concellos estudian permitir abrir trabajar a los feriantes residentes.

En caso de que la Administración no prevea opciones para que puedan trabajar, los feriantes demandan ayudas específicas. "Estamos en la misma situación que agricultores cuando hay una inundación, se les estropea la cosecha y les dan ayudas", señala Balsa. "Somos un sector invisible y olvidado para los organismos", lamenta. El feriante recuerda que son muchos los trabajadores que dependen de la actividad vinculada a las fiestas, desde las orquestas hasta las empresas de alquiler de carpas o generadores, de comestibles o peluches y parte de la hostelería. "El sábado, en la concentración del sector que hicimos, hosteleros de O Burgo nos daban las gracias a nuestro paso. Hay bares que hacen el 70 o el 80% de la recaudación del verano en las fiestas", sostiene. "Hasta a mi correduría de seguros le va mal, porque un 90% de sus clientes somos feriantes", cuenta.

La paralización de la actividad en un sector caracterizado por los negocios familiares que pasan de una generación a generación deja con pocas opciones a muchos feriantes. De la familia de Costids, su padre, su hermano y su cuñado sí estaban de alta cuando se decretó el confinamiento, pero su marido no, asegura. "Estamos haciendo números, pero a ver qué números hasta llegar al verano que viene", lamenta. Balsa afirma que la ayuda que percibe como autónomo no le llega para afrontar sus pagos.