El Concello de Culleredo exigió a principios de 2019, tras conocer el trazado revisado, que se suspendiera porque consideraba "ilógico" impulsar una infraestructura "con un impacto tan importante" sin concretarse la creación de un tercer carril en la autopista, previsto en el documento corregido, ni el futuro de la conexión con la vía ártabra, además de alertar del "efecto barrera" que ejercería la infraestructura en el municipio o reclamar que se estudien "las más amplias medidas correctoras" para paliar en ruido en la zona.

El Gobierno cullerdense defendía además que la construcción de "esta infraestructura de gran impacto sobre el territorio y de elevado coste presupuestario" no resultaría necesaria si en su lugar el Ministerio de Fomento promoviese la utilización de la tercera ronda y potenciase el desarrollo del Plan Sectorial Viario de la comarca".

Durante la tramitación del proyecto que finalmente fue paralizado, el Gobierno local cullerdense ya había denunciado el "hermetismo total" del Gobierno central sobre la tramitación del vial 18.