Los conductores que transiten estos días por la Nacional VI, a su paso por la provincia de A Coruña, y se hayan fijado en los hitos kilómetros habrán podido observar que la denominación de la vía ha cambiado por primera vez en 80 años. Ahora ha pasado a ser Nacional 6. La modificación la realiza el Ministerio de Transportes para cumplir con lo establecido por la Ley de Carreteras de 2015, que fijó este nombre, aunque hasta hora no se había plasmado en los indicadores. Esta es una de las seis carreteras radiales de España, que antes de la construcción de las autovías era fundamentales para las comunicación con la Meseta. En el área coruñesa tiene dos caras. En las proximidades de A Coruña registra un importante movimiento de vehículos y en la zona de montaña los negocios languidecen.

La N-6, dentro del ámbito provincial, arranca en O Carballo, en Oleiros, y llega hasta el cruce con la N-634, poco después de pasar a A Castellana, en Aranga. Son unos 40 kilómetros. Inicialmente el vial tenía su origen en el puerto de A Coruña, pero el tramo hasta O Carballo pasó a llamarse AC-12.

La denominación con números romanos se ideó en el Plan Peña en 1940, conocido por el ingeniero y ministro Alfonso Peña Boeuf durante el inicio del franquismo. La Ley de Carreteras de 2015, aprobada por la ministra Ana Pastor, trajo el cambio de números romanos por los arábigos para las seis carreteras radiales de España, pero los indicadores han tardado en reflejar las nuevas denominaciones. En el caso de la provincia coruñesa, la Demarcación de Carreteras procedió a variar los hitos kilométricos a mediados de este mes.

La carretera presenta dos caras bien diferenciadas en la provincia. Entre Oleiros y el concello brigantino hay una altísima intensidad e tráfico debido a que en esta zona no hay otra alternativa para circular. En el tramo entre Betanzos y el límite con Lugo ocurre todo lo contrario. Apenas hay actividad, ya que casi todo languidece con el paso del tiempo. Una vez se entra en Coirós el tráfico cae en picado y apenas se pueden ver vehículos de tránsito. Especialmente se nota una vez pasado el acceso a la Autovía del Noroeste, la A-6, y el polígono del municipio. En el puerto de Costa da Sal apenas hay movimiento (solo hay dos merenderos vacíos) y ya una vez terminada la subida la sensación de abandono aumenta de forma considerable.

Ya en Aranga se pueden ver los restos de actividad que hubo al borde la nacional décadas atrás, cuando era la principal vía de comunicación hacia la Meseta. En Montesalgueiro hay dos gasolineras que están completamente abandonadas desde hace años. Vallas oxidadas impiden el paso a la explanada en la que en otros tiempos los coches paraban a repostar. En el entorno también hay locales de hostelería que cerraron hace tiempo. La única actividad que se puede ver se registra en Montesalgueiro y en A Castellana, donde hay algunas viviendas y unos pocos comercios.

No muy lejos de la estación de servicio sin uso está en pie el único toro de Osborne que queda en el área coruñesa. Se trata de una silueta de uno de estos animales concebida originalmente como una gran valla publicitaria de carretera para promocionar el brandy de Jerez Veterano del Grupo Osborne, aunque con el paso del tiempo se convirtió en uno de los símbolos de las carreteras españoles. Está ubicado justo en el límite entre Coirós y Aranga.