Considerada una de las viviendas más antiguas del casco urbano de Sada, la denominada Casa do Escudo languidece desde hace años sin que hayan trascendido avances de cara a su rehabilitación, anunciada ya en 2012. Está catalogada, pero no hay escudo que proteja frente a tanto abandono. La fachada trasera ya ha sucumbido y la que da a la avenida Párroco Villanueva se mantiene en pie a duras penas.

Atrapado en un embrollo urbanístico, este bien patrimonial aguarda por una solución que no llega, al igual que el vecindario de la urbanización Párroco Villanueva. En los últimos años, el Ayuntamiento de Sada ha abierto varios expedientes a la empresa propietaria para que tome las medidas de prevención y ornato necesarias, pero salta a la vista que sus requerimientos se saldaron con escasos resultados, más allá de algún trabajo mínimo de apuntalamiento.

La historia de esta vivienda es la historia del desaforado urbanismo de los tiempos del ladrillo. El desarrollo urbanístico de Sadadarriba estuvo a punto de reducir a escombros este edificio catalogado, que quedó rodeado de nuevos bloques de viviendas y que sufrió durante las obras reiteradas agresiones, hasta el punto que en 2006 los vecinos del entorno se movilizaron para reclamar al Concello medidas que evitasen su desaparición.

El Gobierno local, presidido en aquel momento por Ramón Rodríguez Ares, cuestionó el valor de la vivienda y abogó por iniciar el expediente para su descatalogación, pero el cambio de Ejecutivo municipal en 2006 dio un indulto al edificio y en 2008, el bipartito (BNG-PSOE) dio el primer paso para su rehabilitación con la apertura de un expediente a la promotora.

El alcalde del PP, Ernesto Anido, anunció en 2012 su intención de recuperar la casa para usos municipales y cargar los costes a la promotora. Años después, en 2018, ya con el Gobierno local de Sadamaioría, BNG y PSOE, el Concello abrió un nuevo expediente a la promotora en el que le instaba a presentar un plan de rehabilitación. Hasta la fecha, tras todos estos anuncios y medidas, solo la ruina es una realidad palpable.

El futuro de la Casa do Escudo está ligado al de la Unidad de Ejecución 8 de Párroco Villanueva, ámbito que el plan general aprobado en 2017 dejó en suspenso. Los residentes, inmersos desde hace casi dos décadas en un embrollo urbanístico, urgen medidas ante las graves deficiencias de esta urbanización.