El Cáfé Cultural Melandrainas es más que un local, es un dinamizador de la vida cultural de la comarca que lleva meses a "medio gas". "Muy a medio gas", enfatiza una de las directivas, Queta Soto. "Intentamos llevarlo lo mejor que podemos, pero la cultura ahora mismo está a cero, da la sensación de que se está demonizando al sector y no es justo, la cultura es segura", defiende. "Desde que empezó el confinamiento no hemos podido programar nada, imposible; con los aforos tan limitados ya no es que no nos compense a nosotras, es que ¿a quién le compensa tocar para seis personas?", se pregunta. Ellas resisten como pueden, "peleando" para poder "salir a la calle" con sus grupos de teatro o, al menos, con comparsa por el Samaín: "Aunque solo sea para dejar testimonio de que seguimos ahí".