Una obra como la de Solymar en Perillo que durará 34 meses y supondrá levantar asfaltos, tierra, canalizaciones y excavar para ejecutar un túnel, tiene posibilidades de afectar a las construcciones más cercanas, pueden aparecer grietas y daños similares. Por esta razón las compañías de seguros ahora exigen a las empresas, antes de iniciar los trabajos, un protocolo de grietas para hacer frente a posibles indemnizaciones frente a terceros. El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, anunció ayer que técnicos de una empresa contratada así como un representante del Concello, visitarán en los próximos días todas l as casas y locales del entorno de este cruce donde se ejecutarán las obras.

En esta visita los expertos realizarán fotografías del exterior de las fachadas y también del interior, para que quede constancia del estado de las edificaciones antes de las obras. De esta forma se deja constancia documental de grietas o fisuras que puedan existir antes de los trabajos, para que después un propietario no reclame por unos daños que ya existían y al revés, si antes no había nada y después de la intervención aparecen, lo que daría lugar a los afectados a presentar una reclamación.

García Seoane subrayó ayer que los vecinos de esta zona ya recibieron la comunicación de esta visita y pidió por lo tanto “que les dejen entrar” para hacer este trabajo. La glorieta y el túnel subterráneo de Solymar se adjudicó en septiembre pero el contrato se formalizó el 31 de octubre. La obra aún no empezó porque tenía que resolverse antes otra licitación, el servicio de control y vigilancia de esta obra, cuyo plazo de presentación de ofertas aún terminó hace veinte días.