Encuentro vecinal que se celebró ayer en Borrifáns. | // LA OPINIÓN

El bum eólico en la comarca de la montaña ha cogido de sorpresa a los residentes en los municipios de Aranga, Oza-Cesuras, Curtis o Coirós, que apuran los contactos para crear una plataforma en colaboración con la organización Aldeas Libres de Macroeólicos. Entre los impulsores se encuentran ganaderos, agricultores responsables de montes comunales, ecologistas y particulares que emprendieron hace ya unas semanas una campaña de recogida de firmas y que denuncian la falta de información y asesoramiento sobre los seis proyectos que se someten desde finales del pasado año a evaluación ambiental en la zona de desarrollo eólico Monte do Gato.

Los afectados han convocado varias reuniones en las parroquias, la última de ellas ayer en Borrifáns; se han reunido con los responsables de las distintas corporaciones municipales y han llamado incluso a las puertas de la Unesco para pedir amparo por el impacto en la zona núcleo o tampón de la Reserva de Biosfera. Todos coinciden en un punto: no están en contra de las energías renovables, pero se oponen a la construcción de macroparques en las proximidades de las aldeas y de las explotaciones y alertan del impacto de los aerogeneradores, líneas eléctricas y subestaciones. Critican especialmente la “opacidad” con la que, dicen, se han gestado los proyectos y la ausencia de un estudio de impacto global.

La preocupación vecinal crece y los grupos políticos de la oposición en los municipios afectados llevarán mociones a pleno para instar a concellos y Xunta a tomar medidas. Oza-Cesuras dio luz verde a una propuesta del PSOE con la abstención del PP. Los socialistas de Aranga presentarán una este mes y el BNG de As Mariñas también ha anunciado mociones para reclamar un análisis global del impacto de los parques. Los nacionalistas, que han alegado contra todos los parques, denunciaron ayer nuevamente en un comunicado remitido a los medios un fraccionamiento ilegal de los seis proyectos en tramitación en la zona de desarrollo eólico Monte do Gato y reclaman a los concellos que “se posicionen en contra y reclamen un modelo de gestión pública de los recursos”.

Asociaciones ecologistas como Adega, que han presentado también alegaciones a los proyectos, critican la falta de transparencia y participación. El Sindicato Labrego denunció también en los últimos días que los proyectos para instalar hasta 43 molinos, “que pueden alcanzar los 200 metros de altura”, son “totalmente incompatibles” con el grado de protección del que goza la Reserva de Biosfera.

Las empresas promotoras de los parques eólicos. Greenalia y Galenergy, minimizan el impacto ambiental de los parques, inciden en la importancia de promocionar las energías renovables y se comprometen a introducir medidas de seguimiento para velar por la conservación de las zonas más sensibles.