El Arzobispado de Santiago y el Concello de Arteixo suscribieron ayer un convenio por el que se modifica otro firmado en 2015 sobre la rectoral de Loureda. La principal novedad es que el Gobierno local abandona definitivamente el proyecto que suponía una inversión de tres millones de euros y que incluía el acondicionamiento del edificio y la construcción de espacios para un museo y un local vecinal. Ahora, el Gobierno local solo se compromete a realizar la restauración de la rectoral. El alcalde, Carlos Calvelo, asegura que este nuevo convenio es “realizable” y que supone lograr “un uso público”.

En virtud del acuerdo firmado entre el ecónomo diocesano, Fernando Barros, y el alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo, el Arzobispado cede gratuitamente al Concello el uso de la rectoral con sus anexos y el terreno sin edificar, a fin de crear “un espacio destinado a usos públicos de los habitantes de la parroquia de Loureda”, que serán compatibles con el uso destinado a finalidades propias de la parroquia, según indica el Arzobispado. En la firma estaba presente Manuel Blanco Rey, párroco de Loureda.

La planta baja de la rectoral y anexos serán para uso del Concello, y en la parte alta se creará y habilitará una “sala multiusos de la que podrá disponer el Arzobispado por cuenta del párroco de Santa María de Loureda para usos parroquiales, así como una dependencia de unos 75 metros cuadrados reservado para uso exclusivo del Arzobispado o del párroco”. La cesión tendrá una vigencia de treinta años, que podrán ser prorrogados.