Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez, voz y guitarra del mítico grupo de rock M Clan, conquistarán hoy el escenario de los conciertos de O Pasatempo, en Betanzos, a las 19.30 horas, para demostrar por qué su música no pasa de moda y por qué han conseguido seguir en el candelero tras casi 30 años desde su fundación. Este año, además, celebran un aniversario especial: el de los 20 años de la grabación de su primer disco en directo, Sin enchufe.

Ni siquiera una pandemia les ha hecho bajarse del escenario.

Hemos tenido suerte, la verdad. El año pasado hicimos una gira de 26 conciertos, Viva la vida. Este año hemos decidido continuarla. Sigue habiendo restricciones, tiene que estar toda la gente sentada y con mascarilla, pero merece la pena. El año pasado fue una gira muy exitosa, teníamos ganas de ir a más sitios.

La gira se titula Viva la vida. Un título paradójico para el año que llevamos, pero bien escogido.

Sí, la verdad es que era el título de una gira conjunta de varios artistas. Como estábamos inmersos en esa gira, decidimos continuarla.

Ha sido la gira más extraña de sus vidas. ¿Cómo se las han arreglado para dar el nivel?

Hemos tenido muchas restricciones toda la gira. Solo hemos ido Carlos Tarque y yo con un par de técnicos en una furgo, sin relacionarnos prácticamente con nadie, guardando muchas medidas de seguridad. Aunque estamos todos vacunados, seguimos manteniendo todas las medidas y precauciones, tenemos que ser muy respetuosos con eso.

¿Cómo les ha afectado tener que prescindir de componentes de la banda tras tantos años?

La gira tuvo un formato más íntimo, fue diferente para el público. Trataba más de cómo nacieron las canciones, el público se lo pasó muy bien. Fue un formato más acústico. La gente participa mucho, es una forma de ganar conexión con el público, de recuperar esa cercanía.

¿Echaban de menos esa cercanía que se ha perdido, en cierto modo, con el virus?

Sí, la gente está sentada y tal, pero es muy animosa, se lo pasa muy bien, no hay problema.

¿Han notado diferencias en los ánimos desde los primeros conciertos tras el confinamiento con respecto a estos últimos?

Vemos que la gente está ya con ganas de salir de esto, de ponerse de pie. Hemos tenido algunos conciertos al aire libre en los que la gente puede ponerse de pie y disfrutar, se ve a la gente muy eufórica. Es comprensible.

¿Recuerdan algo parecido en treinta años de carrera?

No, nada, ni de lejos. De hecho, esta gira la habíamos planeado a dos o tres años vista. Se paró todo con la pandemia. Nos lo tomamos de otra manera. Fuimos tomando decisiones sobre la marcha, no planificamos nada a nivel discográfico. Hubo cancelaciones de conciertos con las que no contábamos; teníamos previsto sacar en 2020 un disco que era una vuelta a Sin enchufe, que también se canceló. Todos los planes se paralizaron.

Precisamente, este año se cumplían 20 de la grabación de su primer disco en directo, Sin enchufe. ¿Cómo han evolucionado los directos y sus posibilidades técnicas desde entonces?

Después de 20 años, a la hora de grabar todo es posible. Hay todo tipo de ayudas para hacer cosas muy bonitas. Nuestros directos siempre han sido muy eléctricos, el acústico no era lo nuestro, la verdad. Nuestra razón de ser es el rock, una cosa es grabar en acústico pero para girar en España, lo que funciona al final es el rock de siempre.

En O Pasatempo comparten cartel con los traperos Prok y Bad Gyal, el grupo de pop Taburete y experimental andalucista de Califato 3/4. Son los veteranos del escenario. ¿La experiencia juega aquí a su favor?

La experiencia siempre es un valor añadido. Sobre todo, diría que ganamos gracias al repertorio. A estos conciertos llevamos unas canciones que conoce todo el mundo. Eso ya garantiza ir a caballo ganador.

Han estado componiendo nuevos temas. Cuando se suben a los escenarios con tanta composición mítica y que todo el mundo conoce, ¿es fácil llevar canciones inéditas, o la gente les sigue pidiendo las mismas de siempre?

Yo creo que siempre tenemos libertad para hacer lo que queramos y lo que consideramos que encaja mejor para el público que tenemos. Los clásicos siguen sonando siempre, claro. La gente paga una entrada y quiere lo mejor, que es lo que procuramos darle. Hay que ser respetuosos con el público, eso es lo primero.

¿Cuál es la que más les piden?

Hay muchas: Carolina, Llamando a la tierra, Maggie despierta, Roto por dentro...

¿También Carolina, cuya letra quizás hoy se cuestionaría por inapropiada?

Carolina se sigue cantando y cada vez más. Es un himno generacional.

Y Miedo, que rompe barreras generacionales. La ganadora de la edición más exitosa de Operación Triunfo la eligió para su actuación final.

Sí. Miedo es una gran canción nuestra. Yo diría incluso que es una de nuestras mejores canciones, y la gente la sigue cantando como el primer día. Nos moriremos tú y yo y la gente seguirá cantándola.

¿Qué se encuentran entre el público cuando salen al escenario? ¿Es M Clan también un fenómeno generacional?

Nos encontramos a gente de todo tipo: mayores, padres que van con sus hijos, chavales de 25 o 30 años y, sobre todo, gente que ama la música y entiende la música como algo importante. Nuestro público siempre ha sido muy musicólogo, y así sigue siendo.