“Su peligrosidad estriba en su capacidad para desplazar a la flora autóctona”, asegura el presidente de la Fundación Fragas do Mandeo, Fernando Bandín, acerca de la tradescantia, una planta invasora que se encuentra en zonas de la comarca como las riberas del Mandeo y cuya discreta apariencia entraña el peligro de que se pase por alto su presencia. “Pocos son los que reparan en ella y son conscientes del impacto que está provocando al ocupar enormes extensiones que van creciendo año a año”, explica Bandín. La Fundación realizó una limpieza de ejemplares de tradescantia a principios de este mes, en el rego de As Bouzas, afluente del Mandeo, en la que retiró 96 kilos de plantas de esta especie, como colofón a un campo de trabajo que se había desarrollado en verano, en el que los voluntarios no llegaron a los dos focos de más difícil acceso, en paredes rocosas y resbaladizas en un tramo de cascadas, por lo que acudieron después el director y dos monitores, que consiguieron erradicar las plantas.

Para retirar algunos de los ejemplares, fue necesario que los monitores se ataran y se descolgaran por la pared rocosa. “Para eliminarla hay que ser sistemático. No puede dejarse ningún trozo, por pequeño que sea. Basta dejar atrás un trocito de tallo de un centímetro para que al año siguiente tengamos una planta bien desarrollada”, advierte el presidente de la Fundación, y añade: “Si dejamos un foco, aunque sea pequeño, la planta volverá a colonizar toda la zona partiendo de él”. Sostiene que, para eliminar la tradescantia, debe tenerse en cuenta que “su fragilidad es su fortaleza”. El experto explica que esta especie tiene tallos que se rompen con facilidad y raíces débiles, por lo que pueden arrancarse con las manos y debe tenerse cuidado de que no quede ni un pequeño trozo de tallo que permita que vuelva a desarrollarse. “Como normalmente hay tallos bajo las hojas caídas de los árboles el otoño anterior, hay que rebuscar entre ellas”, apunta Bandín.

El empeño de la Fundación en combatir a esta invasora, de la que en los últimos tres años retiró más de tres toneladas, ha llevado a realizar trabajos como cargar con una escalera de siete metros por un sendero a lo largo de un kilómetro y medio para llevarla hasta las ruinas del balneario de O Bocelo, junto al Mandeo, y poder alcanzar los ejemplares situados en lo más alto de la construcción. “La planta es capaz de prosperar en los muros y troncos cubiertos de musgo”, señala Bandín.

El uso de productos químicos, señala el presidente, no se aconseja para esta especie. Recomienda incinerar los residuos o depositarlos en un contenedor de biomasa de un punto limpio.

La planta, originaria de Sudamérica, se usa con frecuencia en jardinería como tapizante ya que “cubre el suelo evitando que crezca cualquier otra hierba”, explica Bandín. De color verde oscuro brillante, tiene unas flores blancas y discretas. Prospera en ambientes boscosos y húmedos, como las orillas de os ríos, señala el presidente, que recomienda “paciencia y constancia”.