El fuerte aguacero de lluvia ocurrido ayer sobre la una de la tarde dejó una auténtica sorpresa en la margen izquierda de la playa de Santa Cristina: de repente, en medio de la arena, empezó a brotar con fuerza el agua, hasta crear una especie de pozo del que fue manando con fuerza un reguero de agua, que fue extendiéndose a lo largo del arenal hasta casi llegar a la orilla del agua. Este líquido no tenía mal olor, pero sí dejaba residuos de espuma de color gris amarillento, para sorpresa de las personas que paseaban por la zona.