La costa de Canide en los años setenta contaba con un grupo de viviendas sin servicios básicos como alumbrado público o abastecimiento de agua. El Concello prohibió en los ochenta construir más casas hasta que estuviese todo urbanizado y con las dotaciones necesarias. A principios de 2000 se inicio el plan parcial con el que el conocido promotor José Collazo Mato promovió la nueva urbanización residencial en esta península de vistas privilegiadas a la ría coruñesa. La Xunta en 2003 redujo en un 40% la edificabilidad que planteaba en esa zona y alertó también de que invadía la zona de servidumbre de costas y reservaba poco espacio para zona verde. El varapalo de la Xunta supuso reducir de 480 a 308 las viviendas previstas (inicialmente la densidad era de 20 viviendas por hectárea y se pasó a 12).
El Concello de Oleiros, por cesión obligatoria del promotor, recibió también varias parcelas, que al principio le costó vender (hizo subastas y luego ventas directas durante varios años). Tras una década con las parcelas más cercanas a la carretera sin edificar, desde el año pasado toda esta zona está en obras.
Ahora mismo se pueden ver cuatro grúas en plena construcción de 36 chalés pareados de tres y cuatro dormitorios, que comercializa Aelca Ada a precios a partir de 391.000 euros más IVA y que promueve Árqura Homes , la inmobiliaria de la Sareb. La hilera inferior de chalés está más adelantada y la que está en la parte alta de la ladera aún está con los cimientos, aunque ya está casi todo comercializado.
La adecuación y limpieza entre el arbolado al borde del mar en 2017, que descubrió a los vecinos que aquello era un bosque público (nunca se había adecentado y se desconocía que era un parque forestal); y el arreglo en 2021 de las tuberías de saneamiento de la zona del Morro tras años de vertidos por roturas, fueron las pistas que auguraban que pronto se iba a construir de nuevo en esta zona, ya que en Oleiros cuando se apuran las redes de servicios, el saneamiento, las carreteras, es porque en las cercanías se va a ejecutar pronto una urbanización.
Ni la inflación, ni la crisis económica, ni la pandemia, ni la guerra de Ucrania han afectado al ladrillo en Oleiros, en expansión sin precedentes desde hace unos cinco años. Se construye en zonas que llevaban años paradas y se venden (y ya habitados) chalés como los de Cabreira que estuvieron abandonados durante años. Unos metros más arriba de Canide, en Lourido, se está construyendo una vivienda modular de las que más éxito y demanda tienen actualmente, las denominadas ecoeficientes o pasivas, que tienen consumo energético casi cero, toda una utopía tal y como van los precios de luz y gas.
Hay que ir hasta el Alto de Perillo, en la ladera cercana a la avenida Valle Inclán, para ver tantas hileras de chalés en construcción como ahora en Canide.
