Casa Carnicero, cuando el Fin de Año era comer ostras

El edificio albergó varios negocios, tuvo varios dueños y luego quedó en abandono

Casa Carnicero en 1916.   | // L.O.

Casa Carnicero en 1916. | // L.O. / M.Villar

M.Villar

La Casa Carnicero fue la vivienda que el arquitecto coruñés Rafael González Villar construyó entre 1913 y 1915 para su amigo Enrique Carnicero Ríos, propietario del parque de cría de ostras que estaba unos metros más abajo, en la ría de O Burgo. Este inmueble, en la parte baja, también fue restaurante, cine, bar, estanco y pista de baile. Hubo un tiempo en el que lo chic era celebrar Fin de Año yendo a comer las ostras a Carnicero. Pero en Fin de Año de 2020, a la hora de comer, llegaron las excavadoras a demoler la vivienda modernista. Ahora que de nuevo vuelve a haber ostras (rizadas) y muchas, en esta zona, la casa ya no está después de más de un siglo. No fue ni el incendio del verano de 2020 ni el derribo del 31 de diciembre de ese año ordenado por el Concello de Oleiros los que echaron abajo la construcción, sino décadas de desinterés.

El Concello adquirió y rehabilitó inmuebles como el castillo de Santa Cruz, la Villa Echeverry o la biblioteca Rialeda (también obra de González Villar). Se hizo hace poco con la Finca Tenreiro y la está rehabilitando. En A Rabadeira instó a los propietarios a restaurar pequeñas viviendas catalogadas, que hoy lucen espectaculares. Pero no ocurrió esto con Casa Carnicero, quizá por su ubicación, pegada al puente de A Pasaxe. Aunque el proyecto de ampliación del Gobierno central la respeta: prevé instalar una escalera adosada al puente, en zigzag, para uso peatonal, pero sin que afectase al edificio.

Desde distintas instancias se había reiterado la necesidad de rehabilitar este inmueble durante años. Los propios vecinos más cercanos, en los últimos tiempos, alertaron de la presencia a veces de okupas, del peligro de caída de elementos al avanzar el estado de ruina. Tras el incendio también reclamaron tomar medidas, algunos incluso pidieron su demolición.

La casa y el negocio originales de los Carnicero, tras muchos años, se vendieron a otro industrial y éste al morir sin herederos dejó los bienes a las personas que lo cuidaban. Sus herederos actuales han manifestado que habían contactado con el Concello para llegar a un acuerdo porque económicamente se les hacía “inviable” pagar su restauración. Tras la muerte del progenitor se retrasaron los trámites de la herencia por dificultades familiares y al final cedieron gratuitamente la casa al Concello poco antes de su derribo.

De las piedras de Santa Cristina a las de A Pasaxe

El alcalde de Oleiros estuvo seis años y un día inhabilitado por demoler sin autorización de Costas, en 1989, el muro de piedra que protegía una caseta en la playa de Santa Cristina y que después el propio organismo estatal eliminó. Ese mismo año, con diez kilos de goma 2, voló un chalé ilegal en un islote frente a Mera. En diciembre de 2020 ordenó demoler la Casa Carnicero, al afirmar que existía un peligro inminente de que cayesen cascotes a la carretera en aquellos días de lluvia y viento, tras quedar insegura la vivienda después de un incendio meses atrás (del que se desconocen las causas) que devoró el interior, todo de madera. La Fiscalía pide ahora, por un delito contra el patrimonio, 15 meses de cárcel y 12 de inhabilitación para cargo público o trabajo para la administración para Seoane y el arquitecto técnico. Cree que tras el incendio debió apuntalar las fachadas y asegurar como pidió la Xunta. El Concello dio 24 horas a Patrimonio para alegar contra la resolución de derribo, a las 14.27 horas del 30 de diciembre. La demolición se completó el día 31 a las 15.00.

Suscríbete para seguir leyendo